Saber de Más

30 octubre 2006


Cada vez hay más proliferación de gente que ve el futuro. Más allá de la veracidad o no de esto, se hace notorio a través de series de tele, documentales y peliculas, que la cantidad de quienes decir poseer ese don es cada vez mayor. No me pondría a discutir el tema, pero he notado que todos tienen una característica, son torturados por este don. Lo aceptan, pero dan a entender que de poder elegir, no lo tendrían. Allá ellos. Los que estamos lejos de saber que nos sucederá, incluso, en el próximo instante, ansiamos tener ese don. El de la anticipación a los hechos, el poder acabar con incertidumbres que molestan. Hace años, en un programa de televisión que me gusta, hubo un sketch entre un recientemente fallecido, a punto de entrar en otra vida, y su ángel de la guarda. Luego de largas consideraciones, el diálogo desemboca en que el ángel de la guarda, al haber acompañado siempre al difunto, sabía absolutamente todo lo que su protegido había hecho en vida. Incluso, para que su tarea de guarda fuera mejor, conocía todo lo que sucedía alrededor de este hombre. De manera que, para satisfacer esa curiosidad tan humana, le pregunta al ángel de la guarda, qué mujeres habían estado enamoradas de él sin que lo supiera. De algunas sospechó, de otras se asombró y con una se llevó una gran sorpresa. Preguntó que tan cerca estuvo de ser rico. Le contestó el ángel "a 50 cm, exactamente. Recordás aquella vez que quisiste ir de vacaciones a alguna playa inhóspita, y llevaste a toda tu familia a Centro América?, durante horas, tomaste sol sobre un cofre pirata lleno de monedas de oro y reliquias precolombinas..., sólo había que escarbar 50 cm de arena..."

En fin, estoy muy seguro que nuestras dudas sobre el futuro se refieren a estas dos que les acabo de contar. Las que mueven al mundo, le dan condimento a lo cotidiano y sazonan cualquier novela de tele que se cae en el rating: sexo & poder. No importa en que variante o con que grado de pureza mezclemos estos componentes, cada vez que haya uno de ellos involucrados, habrá intriga, riesgo, vértigo, adrenalina, culpa y, si todo sale bien, gloria. Entonces, como no querer adelantarnos?. A primera vista, no hay dudas de lo tentador que suena. Pero sospecho que luego, puede tornarse una molestia, para acabar siendo la tortura que prohibe cualquier disfrute, desde el más nimio hasta el más grandioso. Por eso, el lema de hoy bien podría ser: No pregunte, si no se banca la respuesta.

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