La Oferta del Día

27 septiembre 2006




Hoy es ese día.El justo. El perfecto. El día indicado para salir a la calle y ametrallar a todos y a todo. Sí. Disparar sin piedad ni temor con dos verdades que, de tan simples, parecen estúpidas: Yo soy así y aquí estoy. No, no es un libro de autoayuda para modelos fronterizas. Es lo simple llevado al extremo: No hace falta que me ponga a bailar abrazado a un semáforo, ni pienso hacer piruetas mientras canto, como en un musical. Simplemente no voy a dejar que me coma la realidad. Llueven misiles de desgracia todos los días, y varios pegan cerca, sin embargo, yo sigo. Se desplomó el avión que traía esperanza Made in Taiwan. Sigo. Los camiones que traen alegría brasilera están parados en la frontera por un paro?. Yo no paro. Esto sigue, porque hoy quiero. Me informan que cayó la cotización de la ilusión en la Bolsa de Tokio. Esto no para. Hoy es el día perfecto. Hoy cruzo el Sahara de rodillas para verte. Corto el Atlántico haciendo la plancha para decirte aquí estoy. Y vuelvo. Porque lo hecho está atrás. Y el inmenso baldío que hay de aquí hacia adelante, precisa un arquitecto. Señoras, señores, jueves. Bienvenidos.

Mujeres Clausuradas



La tele suele mostrarnos, como un espejo deforme, algunos retazos de realidad en los que podemos adivinarnos. Personalmente, creo que muchas familias tienen toques o ingredientes de los Simpsons o los Bundie (los Argento, como se los conoce por acá). En algunas mujeres, creemos ver, con cierto grado de aproximación, a las protagonistas de Sex and the City, o Amas de Casa Desesperadas. Pero lo que raramente, o mejor dicho nunca, observamos en nuestras cloacas de comunicación es a las "mujeres clausuradas". Quiénes son?. Todos las conocemos, pero su afán de pasar desapercibidas, ha hecho que los observadores tengamos que aguzar la vista. Suelen andar por la vida enfundadas en sus joggings de gimnasia, aunque no pisan un gimnasio desde que dejaron la secundaria. Remeras o camperas lo suficientemente grandes como para albergar a su familia debajo, aunque el cometido es taparse decorosamente. Zapatillas "cómodas, viste?, para andar todo el día". Sino no es pelo corto, el cabello recogido, pero nunca fuera de esas variantes.
Son las que uno ve en la calle con niños a la rastra, las bolsas del super colgando como alforjas de un caballo, y desplegando una pancarta invisible que dice: "No soy mujer, soy madre".
A ciencia cierta, nadie sabe cuando mutan de un estado a otro. Algunos fijan la fecha de un parto como comienzo del cambio, pero no lo podemos afirmar. La cuestión es que puertas adentro, exteriorizan módicamente su condición escuchando a Arjona, y en sus variantes mas progres, sollozan en privado con Sabina y Serrat.
Hay sufrimiento y entrega en esas vidas, tan poco reconocidas. Esos rollitos, esas estrías y esa celulitis fueron conquistados en la dolorosa tarea de enterrar a una mujer deseable y apetecible a los ojos de todos los hombres, para convertirse en la fiel imagen de la madre, esa que tiene estatuas en las plazas de los pueblos, la que se honra, la que no se toca, con la que no se juega, Madre, de las que hay una sola. La que tristemente pensó un día que para ser madre, tenía que dejar de ser mamita.

Hoy No

Hoy no atiendo porque quiero hacer lo que quiero. Quiero atender lo que me importa, por eso hoy la prioridad es de lo importante. Priorizar lo gratuito es mi lema de hoy, asi que señores, si es por deudas, que sea mañana. Mañana atiendo, y será otro día.
Al día pienso vivir, al de hoy, lleno de lo que encuentre hoy. Hoy. Hoy? Hoy es lunes, el día que elegí para elegir si estoy o no.

El Beso Rogado

26 septiembre 2006


Cada tanto, aparece algún estúpido, que seriamente, pretende construir una analogía para explicar cuestiones sumamente humanas, y trata de valerse, por ejemplo, de fórmulas matemáticas. Lo mismo da si apela a leyes físicas. Pero peor aún es aquel que resume todo a reacciones químicas, cuando para nosotros son verdaderas tragedias, con finales sublimes y gloriosos, o en el otro extremo, claramente oprobiosos. Todo resumido a una combinación de líquidos, enzimas y terceros componentes. Para la anécdota quedan entonces lo complejo, lo intrincado y lo sorprendente de las relaciones. Personalmente, no quiero que me expliquen lo que siento. Si disfruto con buenas descripciones de esos sentimientos, sin la necesidad de la justificación
científica.
Habíamos hablado días anteriores del beso. Y quedó algo para relatar. Una categoría que, de por sí, implica un grado de patetismo sumo, y es el beso rogado. Si, ese que se ruega dar o recibir. Es un beso que se pide, y eso le imprime algo que no tiene ninguno. Otro beso que será único e irrepetible. Quien me recordó su existencia es Morrissey, que lo describió de manera tal, que camina sobre la cuerda floja de la cursilería, y zafa brillantemente de caer sobre terrenos que queremos evitar.
Hay un lugar en el sol, para cualquiera. Para el que tenga la voluntad de alcanzarlo. Y yo creo que hallé el mío. Entonces... cierra tus ojos y piensa en alguien que fisicamente te deslumbre, y déjame besarte... Luego abrirás tus ojos y te encontrarás con alguien que rechazas, pero entonces mi corazón ya estará abierto, para vos...

Besos

21 septiembre 2006


Finalmente apareció. No sé si era en de remate.com o mercado libre. Pero el boludo que vendía besos, tenía que pintar. No recuerdo si los vendía a 1, 50 o 2 pesos, no importa. En el mismo lugar estaba el que para, redoblar la apuesta, se vendía como esclavo a $1,50. Todo anécdotico. Noticias de ayer. Lo que llamó mi atención del vendedor de besos no fue el producto, sino como lo catalogó el sitio. "Estado del producto: usado". Usado? Cómo es un beso usado?. Es, cuando menos, un despropósito describirlo así. Puede alguien vender (dar) siempre el mismo beso?. Siempre besará igual?, seguro que no. Nunca un beso será igual a otro, por más que sea dado mecánicamente. O siempre dado por la misma persona a otra, a través de años. Por eso, desde aquí sostengo, postulo, (para darle más fuerza a la cosa), que dar un beso no es ponerle un sello a un papel, por más que a veces, se nos parezca peligrosamente a un trámite. Porque esa cercanía de pieles, labios, alientos, cambiarán en cada ocasión. Y en cada momento en que demos o recibamos un beso, el sentimiento que nos pone en proximidad con la otra persona, habrá crecido o menguado, pero nunca, nunca, podrá permanecer igual a la última vez.
Personalmente, recuerdo algunos que di, otros que recibí, y con más ternura me vienen a la mente los que robé y los que me robaron. Los invito a que hagan memoria. Busquen, scanéen en sus recuerdos en busca de esos momentos. Si recuerdan un beso verdaderamente bueno, que hayan disfrutado en las últimas 24 horas, ganaron. Sino, sigan participando. Vale la pena.

Un Bar


Rompo la indecisión y entro. Las manos de mi conciencia no pueden sujetarme. Y entro.
El bar está como lo recordaba. Todo en su lugar, como si lo hubieran conservado de acuerdo a mi mapa mental. Mi mesa, nuestra mesa, vacía. Trémulo, me acerco. Acaricio el respaldo de mi silla.
Me siento y espero.
Un mozo, rebalsando simpatía, me saluda mientras repasa la mesa. Pido una cerveza. La ventana me da la vista que extrañaba, la plaza de sombra interminable. Y siempre sonando de fondo lo mismo. Esa vieja canción que nunca alcanzo a reconocer, tan obsesivamente conocida, pero que nunca llego a descifrar.
Llega mi cerveza. Inclino el vaso para servirme y siento el frío que inunda el vidrio, que hiela mi mano. Perfecto, me digo, y bebo despacio.
El mozo y un tipo detrás de la barra hablan en voz baja. Trato de seguir percibiendo todo lo que me trae a la mente el bar. Todas esas noches que vimos hacerse días, y esa mezcla de aromas, olores y hedores de bar. Lo rústico de la mesa, las huellas de mil parroquianos en ese cuadrado inanimado.
Todo, todo, me hace desembocar en lo único que falta.
-.Señor, me dice el mozo robándome de la película vieja, -.estamos por cerrar, gracias por su presencia... Sin entender que sucede, le digo que cómo va a cerrar ahora, no terminé mi cerveza, y ni siquiera es una hora decente para cerrar.
-. Es hora de cerrar, señor. Lo estábamos esperando, justamente para hacer lo que ya hizo. Mejor no siga. Deje este bar en su recuerdo, y a nosotros en paz. No agite fantasmas...

Una Foto

18 septiembre 2006


Fue ver la foto. Simplemente encontrarla. Y mirarla, largamente perdido, reconociendo, armando, percibiendo de nuevo todo lo que quedó encerrado en sus escasos 10 centímetros por 15. Dos caras que miran a un punto, dos sonrisas soleadas de publicidad firmando con sus rostros algo que fue. El mundo atemporal, congelado, comienza a moverse. Ese darle cuerda, rearma todo en la cabeza. El mapa mental cobra forma con voces, aromas, sonidos. Y vuelven en forma de latigazo, palabras, frases, muecas, risas. Todo estaba dormido, inanimado, y ahora, como una bailarina de cajita musical, se pone en movimiento. Prefiero bajarme acá. Ya me di cuenta. Las fotos no mienten, el que se quiere mentir soy yo.

El Hueco

17 septiembre 2006



Las luces y el griterío no lo amedrentan. Lo potencian. Todos sus músculos estan tensos, a punto de estallar. No hay otra sensación. Se golpea los puños repetidamente. Mecánicamente. Sus ojos están clavados en el otro. El mundo arde, pero de él no se trasluce ninguna emoción.
Un campañazo seco y sube los brazos. Espía entre sus manos. Mide cada movimiento. En un instante siente como si su hígado estallara. El aire escasea, no entra ni sale. Y quema. Luego, una ráfaga lo lanza hacia atrás. Las sogas lo devuelven, lo acercan a la hoguera. Otra vez la andanada de dolor que se reparte por todo su torso. La campana suena, y el tañido hace un eco prolongado en su cabeza. Sentado, trata de descubrir que sale de los labios que tiene enfrente. Miles de gargantas se interponen. Miles de bocas pidiendo sangre. De un pantallazo, alcanza a ver la primer fila. Caras desencajadas en odio, sudorosas y perfectamente enmarcadas en trajes caros. De esos que él no usaría. Otra vez el campanazo. Se levanta y le arrojan agua al rostro. Una palmada en la espalda, lo menos doloroso de la noche, y vuelta a refugiarse en el rincón. Vuelve la metralla, sin piedad, y ya la intermitencia de los golpes no coinciden en su mente con el dolor. Duda si es él, quien verdaderamente sufre esto. Entre el enjambre de puños que arriban, logra colar su guante. Desde abajo, hacia arriba. Neto. Perfecto. Siente a través de las vendas como la mandibula del otro frena toda su furia, estallando, mutando el vendaval en un derrumbe. Es instantáneo. No hace falta más. Sólo mirar. Oír el ruido de las maderas recibir el cuerpo, quejosas. Todo se mueve, gira alrededor. Salvo ese cuerpo, inmóvil en la lona.
Una marabunta de gente sube al ring, flashes, micrófonos, gritos y él, paseando en andas de sabe dios quién. Bajan, uno en hombros, otro en camilla. El tipo se mira la derecha. Es lo único que le duele ahora. La sigue mirando y dice: "Querían sangre, eh?. Ahí está."

Inalcanzable

14 septiembre 2006


Mírenla!, no la ignoren.
Esto lo hace por vos, por mí, por todos. No, no te sientas excluída. Por vos también.
Para eso estamos aquí. Para gozar de su presencia y sufrir su lejanía. Para desearla a la distancia y sentir nítidamente que no nos pertenece. Que ella es ajena, y su luz, propia.
No ruegues que pose su mirada en vos, ella no mira sino a su séquito, ese círculo elegido que la rodea. Ni sueñes con soñarla, hasta en sueños es esquiva. Ella eligió ser así. Hizo de su cuerpo el templo y mirándola la adoramos. Por sus privaciones. Por su tenacidad. Por su elección. Porque barrió la tentación y las flaquezas de su existencia sólo para ser tan inalcanzablemente bella, perfecta, y, en secreto, ser envidiada por las de su género.
No. No dejes de mirarla, de mostrarle que te interesa. Sino su belleza se desdibuja y toma el gris uniforme de la multitud, de la masa. No lo sabías?, ella es y existe porque la miramos. Y nosotros, hombres, precisamos una mujer inalcanzable. Que se aleje de toda comparación. Que nos muestre todo, para no darnos nada.

Miedo




Los pelados no se dan cuenta que nosotros nos damos cuenta cuando usan peluca?. No creo ser el único que lo percibe. No hace falta la intuición. No saben que, a sus espaldas, nos reímos de su apariencia?. No sospechan, que cuando los vemos, lo primero que buscamos es la complicidad de la persona que tengamos más cerca, incluso sin conocerla, para intercambiar la mirada, o codearnos, para dejarnos en claro, que lo que vimos era sumamente ridículo?. Dudarán los calvos con peluquín, que muchos esperan agazapados la oportunidad de quitarles ese emjambre antinatural y plástico que posaron sobre sus molleras?. Sentirán, acaso, que es más leve para sus egos cargar con el mote de "peluca" a sus espaldas, que el de "pelado" de frente?. Me obsesiona saber, si una mujer en trance de dirimir su vida amorosa, elegiría a un señor con peluca, por sobre un simple calvo.
Se debe elogiar a alguien que eligió esta prótesis, antes que pasear su carencia pilosa?. Si se lo puedo elogiar, queda mal decirle "no se nota que es una peluca"?.
Ahora bien. Ante tanta duda, me centro en la más importante. Ellos saben que nosotros sabemos. No hay duda. Entonces, no será que nos quieren distraer de algo verdaderamente más importante?. De algún secreto terrible, amenazante, incluso uno que involucre la seguridad del mundo tal cual la conecemos?. Tan terrible, que los hace atentar hasta con lo más sagrado que tiene un hombre que es el respeto de sí mismo y que se refleja en el prójimo?. Ni soy Sábato, ni pretendo emparentar a ciegos con pelados con bissonnier, pero la duda asalta y el miedo es palpitante. Lamento huir la mirada de un hombre, que con peluca, me dirije la palabra. Y peleo internamente con mi vista que, morbosa, quiere enfocar por sobre sus cejas. Y odio cuando mi voz interna me susurra "qué te esconde este tipo?".

DBD

11 septiembre 2006




Se buscan. Se repelen. Estiran el esfuerzo para no tocarse, y con calculada frialdad, juegan al desinterés. Ell camina con la mirada fugada hacia adelante. El busca el fondo del vaso, donde guardó el coraje. Ella ensaya sonrisas estúpidas en el baño. Se canturrea una melodía. El desespera y desconoce el juego. Se cree de cacería. Un toque más y está lista. El espejo le devuelve lo que quería ver. Le hace una última mueca a su imagen, acomoda el cabello, y sale. El prende un cigarrillo. Siente el mismo calor. Lo aspira, mira la brasa arder, y por un instante pierde la vista en el resplandor. Ella pasa. El sale detrás. Choca con todos, que parecieran conjurados para entorpecer su marcha. Empuja y revuelve la marea de cuerpos. Se alzan mil olores, acuden todos menos uno. Y se desorienta. Se asoma. Mira. Ella se cruza de piernas. y ofrece su mejor perfil. Finge no mirar y mira. Espera paciente. Ya centró la mira. Enfila el rumbo, y comienza a repetirse la frase para abrir el fuego, una y otra vez. Siente como se enerva cada uno de sus poros, el pecho vacío, pero gigante. Enfoca su mirada (la que cree mejor), y su boca va a decir la frase. Ya está. No hay marcha atrás. Ella estira su mano. Lo roza y hace que se estremezca. Que sienta que no domina la situación. Se queda duro, a la espera de otra frase de ella. Hasta que le dice: "¿Te querés sentar?. Estaba esperando a una amiga, pero ya no creo que venga". El olor del miedo y la conquista, se parecen. Creo.

El Reparto

08 septiembre 2006


Días extraños. Días que se van apilando, uno a uno, al fondo de un cajón. Días que piden a gritos un significado. Que serán olvidados, inexorablemente. Días que salen del mazo, como en un reparto de barajas, todas blancas, todas inservibles. Y la ronda se sucede sin fin, y el reparto persiste, tan mezquino. La mesa está llena de jugadores que apuestan nada, a la espera de un brusco giro de la suerte, y de los que apuestan todo, sólo para irse más rápido. No existen los diseñadores de días, para que los acomoden, ni los analistas, para que nos den una interpretación. Será por eso algunos pasan dejando la sensación de haberlos padecido en la sala de espera del dentista, y no haberlos vivido.
Tal vez, cuando esta sensación invade, inunda y rebalsa, sea el momento. De tirar del freno de emergencia, hacer sonar la alarma y bajarse, sin más vueltas. Aunque sospechemos que lo que nos aguarda es el vacío. No sea cuestión, que cuando apoyemos la cabeza en la almohada, nos invadan las imágenes mas vertiginosas y emocionantes que produjimos en el día, ... haber hecho una cola en el banco para pagar la luz. (Gracias, recién tiré...)

La Mano

06 septiembre 2006


A ver. Decime. Contame. Yo escucho. Me alimento. Vos te aflojas. Yo crezco. Te sentís bien, yo, fuerte. Tus secretos más oscuros. Tus emociones más vívidas. Tus esperanzas. Tu miedo. Todo descansa en mí. Listos para ser usados, traídos, llevados para jugar. Para manejar tus ansiedades, ahondar tu vacío y darte la falsa sensación de calma. Porque confiaste. Y dejaste en mi mano tu llave. Yo sé que hacer. Ahora sé donde tocar. Sé qué cuerda pulsar. Sé hasta donde duele, conozco el umbral de tus lágrimas, y sé como volverte. Que grites y dejes los labios apretados. En tu mejor mueca. Para mí. También sé poner la mejor cara de asombro cuando me preguntás "cómo lo hacés?". Porque conozco lo que más precisaba. Saberte desnuda. No precisaba tu desnudez física, aunque la deseaba. No. Tu alma desnuda me alimenta. Y soy fuerte. (Let me see you stripped...)

Alguna Vez Será



*Que no sea hoy, no siginifica que sea nunca. O es que siempre hay que levantarse con ímpetu y "darle para adelante"?. No tiene el calendario un día marcado en rojo que diga "Hoy se para la pelota"?. No hay un lugar para tirarse al costado de la ruta, nada más que para mirar el mapa?.
De tanto mirar para adelante, me pierdo lo que hay a los costados, y no quiero. No preciso (quiero) el megáfono del personal trainer (que tanto se parece a la conciencia) gritando en mi oído 1,2 1,2!.
Ya sé que me toca a mi. Ahora. Pero salgo de la cola.
Si presiento el vacío a mi frente, no puedo parar?. Si adivino que tengo en ciernes la boca del precipicio, debo seguir?. Cuando una duda es razonable para bajarme, paro el bondi. Espero el que viene detrás. Total, no me esperás. Me neither.*

Mirá Vos...




*Y mirá que busco, eh?. Por algo será que un amigo dice: "No busques en los lugares que ya encontraste". Le busco la vuelta, pero está claro que es fácil encontrar lo que no se busca, y más fácil aún, perder lo que se tiene en la punta de la nariz. El que busca, encuentra. Pero no tiene la garantía de hallar exactamente lo que dejó. Si me preguntás, te lo digo. El Google es un gran buscador. Pero no te halló. Tampoco. El destino se encuentra a la vuelta de la esquina, pero yo no doblo. Lo que doblo es la apuesta, y juego todo a pleno, porque la certeza también es equivocarse plenamente. La equivocación y el acierto comparten la medianera. Lo que nunca pude hacer bien, es estar en el medio. Y es aquí donde me corro. Que pasen los que van a ganar la maratón. Que corran los desesperados, que troten los especuladores. Yo sigo mi paso por la banquina. Elijo caminar, porque al final, no hay camino más largo que el que no se quiere recorrer.*

Descansar (en paz...)

Siempre hay algo en mi mente que te hace estar presente... No es afano, es una cita. Y bien vale la pena aclararlo. Tantas veces la situación se repite, que se hace un pensamiento cíclico, sin la mas mínima variante. Una y otra vez.