Apertura

28 diciembre 2006


Es hora de que lo sepan. Gracias a estos momentos, que como norma he elegido para hablar de otra manera antes del comienzo del programa, me he podido reencontrar con un viejo amor, la escritura. Hacía años que no me sentaba a escribir ni un remito. Sin embargo, lo que empezó como un agregado al programa, se transformó en un micro, casi con vida propia. A tal punto, que muchas veces llaman para compartir una opinión sobre lo que se habla, y en oportunidades, he atendido reclamos de por qué no salía al aire este momento.Perdí muchas de las aperturas de la primer mitad del año, porque siempre las escribí en el papel que tenía más cerca, en el dorso de alguna factura o en un talonario viejo. Y así se me fueron de la memoria. Las menos, quedaron guardadas en un blog, y todas siempre contaron opiniones, momentos e interpretaciones caprichosas de situaciones de la vida, que por ser tan comunes, normalmente no las hablamos. Este pequeño lugar en el mundo no debería explicarse, pero como la marea se lleva todo el 2006 y es difícil escaparle a la locura evaluadora de fin de año, me gustaría reivindicar más estos 5 minutos iniciales, que el resto de No Todo Es Tan Así. Aquí hablamos de penas, olvidos, alegrías, pasiones. Siempre rondó por este lugar la palabra que lo resume todo, aunque pocas veces la pronunciamos. Desfilaron aquí amigos, amores, fantasmas e ilusiones. Todos míos, de mi cotidianeidad, y que, luego de un tiempo, hallaron otra manera de escaparse. Son a los que acudí todas mis noches para programar esto que ahora escuchás mientras hacés tus cosas por la mañana. Vale la aclaración, todo es cierto, todos existen y no todo es tan así como lo pinté. Ja!

Cualquiera (parte II)

27 diciembre 2006


Creo que la vi mil veces. Más que "Blade Runner", y mucho más aún que "Volver al Futuro". Sin embargo, no caigo en la cuenta hasta que la trama me atrapó por completo, hasta que estoy tan enredado con el argumento y el desarrollo que ya es tarde para levantarme y partir. No me canso de oír esos parlamentos que conozco de memoria, que murmuro un segundo antes que los protagonistas pronuncien. Profundamente me emocionan los climas musicales, me conmueven las escenas, y siempre, indefectiblemente, vivo la película como la primera vez. Será, me digo, porque es una montaña rusa de emociones, o porque los personajes son tan cotidianos que uno los siente muy dentro. Quizás. Como aquella escena de Don Corleone entregando el mando de la familia a Michael, todo visto a través de una puerta entreabierta, es así como guardo imágenes de esta peli. Debe ser que es la vida, y no una película lo que estoy viendo. Será. Pero de todos modos, me quedo aferrado a la butaca, abro los ojos tan grandes como puedo, mientras que todo se sucede. Porque de algo estoy seguro, no soy yo el director, y cada escena nueva me sigue asombrando.

Fin de Año

25 diciembre 2006


Apenas un 30 por ciento del mundo despide el año por estas épocas. Millones de seres humanos ignoran que esta es la última semana del 2006, porque cuentan el tiempo de otra manera, y normalmente, esto se halla enlazado con la creencia religiosa predominante de su sociedad y el modo que han elegido para situarse temporariamente en este planeta. Pero más allá de esta particularidad, está por demás de claro que todos, cristianos, judíos, musulmanes, hinduístas, ateos o lo que catzo seamos, precisamos un instante donde creemos dejar atrás una etapa y comenzar otra. Algunos sienten que mágicamente el inicio de un nuevo año cambiará una racha de desdichas, otros precisan comenzar a esforzarse para dar vuelta distintas situaciones. Con voluntad o sin ella, todos concuerdan en que habrá un cambio. También es el momento donde ponemos a funcionar la balanza personal, evaluando que hicimos bien, y que cosas no nos salieron como queríamos. Por otra parte, es la época del año donde nos evalúan, en el trabajo o el estudio. En fin, podríamos decir que hay millones de neuronas pensando, escrutando, planificando, proyectando y soñando como nunca en el año. Un cúmulo de energías direccionadas hacia el futuro, que ya está aquí, palpable y visible. Hoy, por más que quiero, no puedo evadirme de la fiebre evaluadora y balancista, de este ánimo de oficial contable de mi empresa, que es este humildísimo espacio. Por eso, paso a darles mi informe de fin de año. Luego de hablar con el área de recaudación, me entero que cerramos en cero, me dijeron exactamente que logramos un heroico empate al final del partido. No está mal. Consultada el área de recursos humanos, me dicen que ampliamos de manera drástica la planta y que estamos en plena expansión. Perfecto. Pero el informe que más me desvelaba, cerró con los mejores números. Luego de un breve chequeo, caigo en la cuenta de la cantidad de gente brillante, sensible y querible que se acopló a la empresa. Así que, con los bolsillos llenos de mensajes, caras de nuevos amigos, mails, recuerdos, presentes y demás, pensamos arrancar el 2007. Con la mochila llena, y gustoso de llevarla por ustedes durante unas horas.

Papá Noel

20 diciembre 2006


Ayer por la noche, y sin que nadie se ponga colorado, un sitio de ventas por Internet promocionaba como oferta un disfraz de Papá Noel al módico precio de $79,99. Una vestimenta que, por sus características objetivas, tendría que haber estado de oferta de invierno, desde julio y junto a polares, bufandas y gorros de lana. Pero no. El sueño de la hibernación matizado con olor a naftalina, lo duermen las otras prendas. Esta no. El 90% de los papá noeles que vemos no han pagado para flagelarse dentro del disfraz, sino que por el contrario, cobran unos pocos pesos para darnos un volante en la calle bajo el encantador sol de nuestro clima sub-tropical, y en algunos privilegiados casos, bajo el clima cool de un shopping acceden a una foto con chicos ilusionados. Todo me hace acordar a un papá noel de hace años en nuestra ciudad. Ya era muy mayor cuando reparé en él. Jubilado, y con apariencia de largos 70 años, debajo de ese disfraz que haría deshidratar a un camello, había un viejito digno y coqueto que no tenía una cana en esa raleada cabeza. Lo veo todavía en Justa Lima, aunque hace más de 20 años que murió. Contratado por alguna zapatería, daba los volantes de mano en mano y acercaba caramelos a manos pequeñitas que creían verdaderamente en lo que veían, no como uno que ya no cree ni en lo que le duele. Era una imagen de esas, que de tan asimiladas, uno las descontaba. Era paisaje de navidad ese viejo, tan querible.
Una de las últimas veces que lo recuerdo, tenía su disfraz más relleno que otros años, y se le adivinaba flaco debajo de la barba que colgaba medio amarillenta. Era claro que no estaba contratado por nadie esas navidades, y dudo que algún comerciante hubiera puesto un peso por el personaje. Parado en la esquina de la plaza mitre que da al banco nación, ahí estaba solito. Haciendo el trabajo impago más digno que yo conozca.

MIércoles



Encontrar algo sin buscarlo, es lo más parecido a esas escenas de comedia, donde el protagonista tiene un vuelco espectacular en su suerte al heredar a un tío lejano que a duras penas recuerda.
La magia de los guionistas no opera en la vida real, pero la vida misma a veces tiene giros tan irónicos que asombra. No me refiero a encontrar las llaves de casa que perdimos hace diez días. Ni siquiera al DNI, que sin querer mandamos a hacer el tour "cesto de ropa sucia, breve visita al lavarropas y arribo a la soga de secado". No. Hablo de lo que, habiendo dado por perdido, nos sale al encuentro en medio del camino. Eso que provoca amarga resignación por no tenerse, y vuelve. Como buen aficionado al pensamiento, me provoca una duda. Qué se valora más, aquello que conseguimos luchando a brazo partido contra mil adversidades, o lo que reencontramos, luego de habernos rendido, habiéndolo llorado silenciosa y amargamente?. Estoy en la duda, pero la abandono rápido. No quiero que me empañe la alegría de haber encontrado el billete del gordo de navidad. No sé quién me escribió el libreto de hoy, ni siquiera tengo idea si hay una gran jurado evaluando mi actuación, pero no estaría mal hoy agarrar el mantel de la mesa, sacarlo de un tirón, y quedarme por un buen rato contemplando el papel que tiene mi nombre y que claramente dice "Hoy es su turno". Para qué arruinar todo poniéndome a pensar un por qué?.
Por un día, me acordé de levantarme con el pie derecho. Y eso es bueno. Será miércoles, estará horrendo, pero hoy me permito desconectar el antivirus. De vez en cuando, bajar la guardia, no implica que te rompan la trompa.

12 diciembre 2006


No tengo ganas de resignarme, pero con que gusto lo hago.
No tengo fe, pero con que estúpida candidez espero.
No siento porque respiro anestesia, pero cómo duele.
No encuentro lugar, pero cuánta tierra he pisado sin hacer un cimiento.

Cuánto deseo de ansiar, ansias de desear. De poner en on algo vivo y latente. De latir.
De ser el hombre bomba que lleva consigo el explosivo más potente en busca de la multitud obediente.

Me cansó la rutina de ser el mudo que no sabe señas, de hacer de oficial escribiente pulcro y prolijo que se lava las manos en espadol y se quema todas las noches el corazón a solas.

Todo cabe en un par de bolsillos. Al fin y cabo, no es tanto. No se mide en quilates, ni en pulgadas, ni en cm3. No mueve ninguna aguja. Absolutamente ninguna.

Por eso, apago la luz. Otra llave que tiro por encima del hombro.

Aviso!

11 diciembre 2006


Les aviso: ya es tarde. Matarse de hambre a esta altura con una dieta shock, o sólo tomar líquidos y esos manotazos de ahogado por el estilo, no redundarán en nada, por lo menos de aquí a enero, que es lo que le importa a la gran mayoría de los insatisfechos consigo mismo. Tal vez logren producir algún comentario tal como "Es cierto, che, te noto un poco más delgado", producto más de la compasión que de la realidad objetiva. Asumamos lo que somos, lo que hemos hecho durante todo el año, y ganémosle de mano a cualquier insinuación diciendo nosotros "Este año me dejo la panza", o bien, "Mirá lo que estoy criando del esternón para abajo". Gimnasio?, escuché bien?. No. No jodamos, eso es para mayo o junio, y para quienes ya vienen de antes. O existe un plan "terevientoen20díasymardelplatavaatener2julietasprandiesteaño"?. Estaremos más cerca de hacer un papelón histórico, sudando como un oso polar en Río de Janeiro, y eso no pasará desapercibido para quienes van al gimnasio históricamente y ven como en esta época se llena de gorditos ansiosos y disconformes. Creéme, te detestan y están esperando ver algo así para reírse a tus espaldas, se reirán de tu torpeza, tu discoordinación, e incluso, si se te escapa un rollito. Ahora bien, es tan difícil reconciliarse con el cómodo, el vago, el holgazán que llevamos dentro?. Esfuerzos sí, pero no inútiles. Y a no caer en las soluciones mágicas. O sos capaz de creer que cualquier producto que coma, beba o se unte Araceli González va a producir el mismo efecto en vos?. NO, terminantemente NO. Hay algo que anida en nosotros, tenemos un gen alojado que, ante cualquier sacrificio, conecta un parlante directo a la voz de la conciencia que te dice: Ma si!, dale!. Placer sin culpa, eso es lo que precisamos. Aceptarnos, asumirnos y ponernos orgullosos de nuestra condición. Y ya no hablo de un rollo o un flotador, ni de un pocito o una papada más grande... Igualmente, creo que aquí nunca confesé como me gustan las chicas con pancita... si, coloradas, si....

Mingitorios

07 diciembre 2006


Cómo se hace?, eh?. Se consigue algún plano en los kioscos de revistas?, hay una guía "paso a paso" en Internet?. Tal vez den cursos en un instituto, o en una sociedad de fomento..., ya sé, lo busco en Google?. Basta, basta, por dios!.
Le perdí la cuenta a tantas preguntas, por eso, opté por escapar hacia el baño. Me levanté y puse proa hacia el cartel de "Hombres". Como una pesadilla recurrente, el tipo me siguió hasta el baño y persistía en sus interrogantes, para taladrarme el cerebro con su historia trillada de -laquieroperonolapuedoolvidar-.
Es un lugar común el charlar esas y otras cosas relacionadas con mujeres, en los baños de bares. Si uno lo piensa fríamente, resulta grotesca una charla de hombres de mingitorio a mingitorio. Uno que habla, otro que escucha, y los dos mirando la pared, las bolitas de naftalina, observando de refilón a quienes entran, todo mientras se alude a una mujer, que difícilmente nos tome en serio si pudiera asomarse a semejante cuadro. Por suerte para todos, eso les está vedado en la mayoría de los lugares, y el día que una mujer entra al baño mientras el hombre hace uso de las instalaciones, ése es el día donde cayó el último bastión de su intimidad. Pero ese es otro tema.
Volviendo al amigo que penaba, prosiguió largo rato explicando la imposibilidad de olvidarla. Hasta que otro amigo se acercó y le dijo: Yo te advertí como era la mina, pero vos no quisiste escuchar... y no me digas que no te acordás, porque sino, me das la razón en otra cosa, nunca escuchás a tus amigos. Silencio, incómodo pero aliviador silencio. El que no olvidaba se fue del baño, y nos dejó callados. Al rato, el otro me dice: Nunca le dije nada, pero como lo callé, eh?.
Siempre será mejor un amigo que se harta de escuchar, que otro que hace que te escucha. Para mí, un campari con tónica.

Hielo

06 diciembre 2006


Sólo es un instante. Pero será eterno. El aire se hace hielo para dejar atrapadas todas las muecas, todos los gestos, una sonrisa. Para perpetuar un estado, y jugarle en contra a ese reloj que no podemos torcer. Lentamente, lejos de la percepción, avanza ese frío que todo lo convierte en olvido, y nos arrebata de virtudes, horrores, pasiones. Ya nada es, sino hielo, y el que invoca o el que sufre, son frío por igual. Ni una razón acude para alumbrar, no hay argumentos, sólo la procesión blanca que todo masifica. Los indefensos y resignados miran sin oponerse y la brisa más gélida pone un manto sobre el pasado. Nada asoma. Nada rompe la perfección. Cuerpos, voces, miradas, frases, melodías, todo sepultado bajo la capa más gruesa de escarcha. La más duradera que mi voluntad pueda.

Quiero

04 diciembre 2006


Yo quiero. Si, yo quiero. Me explican que no se puede. Igual quiero. Me dicen que no es el momento adecuado. Persisto en querer. Me argumentan que hay situaciones que hacen que, por el momento, sea imposible. Persevero en querer. Yo quiero. Qué?, suena a carpicho?. Se parece al berrinche de un nene?. Yo quiero, quiero y quiero. O sólo a un chico se le contempla y consiente la terquedad?. Qué tengo que esperar?, que se armen mil blogs en la red apoyando mi querer?, que Castells se solidarice y corte un par de calles en mi apoyo?. Sigo queriendo, y si suena a capricho, lo lamento por el oído ajeno. Tal vez Fidel postée un mensaje suyo en video en YouTube, acompañando mi causa, y Chávez hable durante cinco horas, diciendo que lo que yo quiero está bien, es justo y bolivarianamente correcto. Porque no se trata de dinero, ni de poder, y menos aún de fama. Pero la marea sube, la temperatura levanta y lo que quiero, lo quiero cada vez más. Amerita tirar una estantería, revolear unos platos, incluso creo que se impone romper un par de ventanas. Porque si uno quiere, es preciso que se enteren, no?.

Magia (Hechicería Barata)

03 diciembre 2006


Hay días en que la voluntad hace huelga en uno. Y todos los caminos que, mentalmente, uno emprende para poner en marcha algún acontecimiento, ya sean significativos o intrascendentes, se hallan cortados por las debilidades y flaquezas que afloran y toman posesión.
Hoy pretendo que una vieja foto tome vida. Que una canción recupere el sentido que alguna vez tuvo y deje de ser dolor. Quiero que un rayo ilumine la noche, y que el fondo sea superficie. Todo lo quiero, y sin hacer nada. No puedo decir "deseo", porque no me ayuda la voluntad. Debería decir "me gustaría", y sería más preciso. Deseo menos voluntad, da como resultado una intención menguada, anémica. Es la intención de tener, de disfrutar algo sin esfuerzo. Y esperar que opere la magia, que uno sea el feliz ganador de una lotería cuando no compra el billete.
Cerrar los ojos no apaga el sol. Ni siquiera lo oculta por un instante, sin embargo, me embarco en el deseo somnoliento de querer sin pelear. Por hoy. Hasta que pase la marea de fiaca que tapa la playa y me hace creer (porque quiero) que todo va a fluir hacia donde quiero. Es el lunes de mi ánimo, por eso lo dejo pasar. Ya va a pasar.

Desde Arriba

01 diciembre 2006


No sé si uno es iluso por naturaleza, o lo hace para pasarla mejor, cuando ya recibiste una buena dosis de palizas en forma de experiencia. Lo cierto es que la palabra "iluso" tiene su raíz en ilusión, y cuan diferente es creer a "dibujarse" un sueño. Amoldar un sueño a las posibilidades propias de concretarlo, sin esfuerzo, sin dolor y con una intervención mágica, digamos, que resuelva por nosotros lo que no podemos desatar en la realidad, no es soñar, es lisa y llanamente mentirse.
Cuánto se desea algo, verdaderamente, si no se es capaz de quebrarse una uña, al menos, en el intento?. Cuánto se aprecia un logro si no se derramó una lágrima, sino se vació el pecho o no se nos anudó el estómago en algún tramo del camino?. Si subimos una montaña por la aerosilla, tendremos alguna que otra bonita foto, y será un recuerdo amable de viaje, que quedará al tiempo arrumbado en un álbum, en alguna vieja caja de zapatos. Distinto será el sentimiento de quien escaló la montaña. Podrá alguien decir que escalar una montaña es subir una pendiente prolongada. Si, es un plano inclinado, al fin y al cabo. Me importa un catzo. Es el valor de lo que me costó, el empeño que le puse, el dolor que me desgarró y el placer que me gané. Montañas para escalar hay miles a la vuelta de la esquina. Están las que desafían, las que uno ignora porque no las siente a su altura, y las que uno fija como meta luego de haber podido treparse a otras cimas. Pero para cada montañista, está su desafío. Para cada uno hay un sueño y cada quien elige, trepar o aerosilla. Soñador o iluso.