Sacrificio

23 diciembre 2007


Abrió sus piernas invitando a morir el instante.
Pidió la copa más fuerte, la alzó para sus ojos y exigió el corazón de su esclavo.
Juró que no habría agonía, sólo un paso hacia la gloria más brillante.
Dos escalones al cielo, sin más sufrimiento que el dolor inicial.
Conocedora de los atajos de la paciencia, gritó su calma y barajó el futuro inminente.
Mil billetes en su mano o una curva desnuda y tenue.
Suicidio o culpa eterna, planteó.
Sabedora de las elecciones de sus víctimas, no dudó en hundirse en el alma ajena.

Tristeza Natural

05 diciembre 2007

Junta cosas para el alma en las góndolas del súper.
Vende boletos para su paraíso los sábados, y acepta reclamos los lunes.
En nombre de una montaña de pasado, se ahoga en olvido.
Anestesia almas que le ofrenda a las madrugadas.
Sueña veloz el futuro, y se devora el presente.
Acaricia tierna, y envenena.
Clava firme su recuerdo y se aleja por el muelle.
Con su pañuelo de despedidas, tapa rostros que la envuelven por la noche.
Ni una estrella deja que le prometan, son suyas.
Un dolor que ya calmó es la carta que ofrece y una parcela de su cielo es la única garantía.

Entre mis manos no queda más humedad que la del temor.
El pecho atravesado por un ancla que tira a lo profundo.
En mis ojos, la estela del barco que se fue.
Y un pañuelo que no conoce más lágrimas que las ajenas.
El olor de un incendio ahogado o el perdido aroma de esa piel.
El sabor de todo y el lamento del vacío.
La certeza de saber que todo se apagaría. Irremediablemente.

Partir

27 noviembre 2007


Bienvenido... no sé si es el momento, pero de hecho, lo es. Estás aquí.

La mesa está despejada. Podés abrir tu mano o esconder las cartas. Será indistinto. No varía para el desarrollo del juego, de nuestro juego.
Si es preciso, podemos detener el tiempo. O desviarlo hacia el pasado que invocás como feliz. Yo elijo anclarme en el presente. Desde aquí me dedicaré a cuidar mi mitad de aquel tiempo.

No pronuncies nada como promisorio. Siempre llegará a mis oídos como frustrante.
Cada siempre que escapó de tu boca abrió un precipicio de nunca.
Fue el inmenso mar de palabras que siempre me ahogó cualquier duda. Hoy, ya no.
Aún lucho para terminar de secar estos huesos, que son lo único que salvé de la travesía.
Pero ya no hay dolor. Es difícil explicar como se consigue anestesiar el alma, a menos que gustes oír la sucesión de piedras que penden de este collar. Sin embargo, y a riesgo de conseguir tu enojo, puedo confesarte que no le has agregado tanto a este calvario. Simplemente arrimaste los últimos granitos para cerrar la cadena. No más que eso.
Pensarás, por qué justo a mí? Con no demasiada astucia, saltarás al siguiente escalón, y te preguntarás... si otros han desolado este espíritu, y yo apenas lo abollé... por qué debo ser el que salde todos los destrozos? Tal vez, si mantengo fija mi vista en vos concluyas (pero no sabiamente), que este papel te ha tocado por ser el último de la fila. El último hombre que llega a estas tierras pensando que todo se hace con nada, y que nada paga lo mucho que cree que da. Gracias por todo, y mientras duró, debo decirte, fue hermoso.

PD: Deberías agradecerme el no haberte dicho que estaba confundida. Tuya por siempre (en aquel tiempo) Verónica.

Mentiras

21 noviembre 2007

Me subo a la montaña de papeles y jugadas clásicas.
Como todo lo que hago me parece previsible, le ruego que la incendie.
Cómo adelantarse a quien te completa la frase o sobreponerse a la sospecha de que caminó tus pisadas?
Sabe mis cartas, pero simula no conocerlas. Me espera en cada esquina y deja que me acerque.
No hay una lágrima que no haya llorado, ni sorpresas que no devorara su asombro.
Podría lograr que cambie el curso, pero disfruta saber que hay un desastre en el camino.
En el juego de las inocencias disimuladas, ruega, pide y susurra. Será mentira, pero la más dulce saldrá de mi boca. Sé que tengo comprado mi lote en ese paraíso.

Fue verla y saber que se acercaba un problema. Mi mejor respuesta, buscar el salvavidas.

Cómo huir de las mejores caricias que pueden rogar estos oídos?

Cielos

20 noviembre 2007

Atesorando mentiras dulces, pasó el tiempo hasta inundar el presente.
Acarició cada error, imaginó un cielo de labios que le susurraban calor a sus oídos.
Arrastró sombras a las que les infló el alma vacía, y se las presentó al cadáver de su amado.
Coronó con nuncas un collar hermoso de jamases.
Espantó la pasión y la vistió de ternura inocente.
Ahogó un hilo de conciencia y puso en el altar la construcción más compleja que podía parir su imaginación: Amor eterno.
Para cada ardor, un bálsamo.
Todos sus náufragos llegarían a una costa y el sopor haría su sueño más cercano al sol.

Despertar era el costo. Nada corroía tanto su paraíso como vivir, con los ojos plenamente abiertos.

Sospechosamente bien

12 noviembre 2007

No es como la leve subida del dólar. Ni siquiera se compara a los índices de inflación. Es el alza más importante que notó esa mañana. En la radio hablaban de noticias serias como si fueran dos señoras de antes, baldeando las veredas de sus casas. La pava era, desde hacía minutos, un géiser doméstico, ignorada como tantas otras cosas de la casa. El día amaneció grisáceo, pero no perturbaba, en lo aparente, la rutina de esa mañana. Se sentía bien. "Sospechosamente bien", se repetía para sí misma.

En el camino al trabajo, comenzó a notar que la miraban. Con intriga. Con curiosidad. Con sonrisas reprimidas, con ojos de cierto asombro. Sentía que algunas miradas la seguían. Incluso le pareció que los saludos obligados y repetidos de cada día eran distintos. Ya no eran mecánicos y de compromiso. Hasta le sonó musical y encantador el "qué bonita estás hoy" del portero.

Comenzó su mañana en el bar de enfrente del trabajo. Tenía el diario abierto, leía. Pero no había una miserable frase que le quedara en la memoria. Era la cara de ella en todas las fotos. El mozo le trajo su café de siempre, y el sobresalto de que lo trajeran a este mundo, hizo que lo tirara al piso. "Qué torpe, disculpe" le dijo, mientras, agachado, el mozo renegaba.

Cerca de la hora de entrada, él seguía de reojo la puerta de entrada. Cuando la vio, saltó de su silla, dejó el dinero sobre la mesa y disimulando la carrera, se le acercó. Sin querer, la empujó. Ella giró la cabeza y se encontró con el rostro de él, rojo de vergüenza, ardiendo de timidez.
La sonrisa lo calmó, no escuchó palabras salir de esa boca, que franca y ampliamente le insinuaba su humor. Notó que sonreía aliviado. Que se aflojaba toda tensión. Que la ansiedad que lo comía desde la noche se diluía frente a esa mujer. Se dio cuenta, súbitamente, que sólo quería estar frente a ella. Para sentirse bien. "Sospechosamente bien", se dijo para sí mismo, mientras subían las escaleras.

Sala de Espera

07 noviembre 2007


Mantenerte en la oscuridad? Dejar que el tiempo aplaste y moldee todo?
Quedarme con la última impresión? O hundirme en la foto que se clava impiadosa, objetiva y tan enferma de aquel presente?
Somos lo que nos pensamos o somos lo que nos hicimos?
Seguiré vivo aún en tu sueño? Será tuya la silueta que sigo imaginando insomne?
Soy con vos?
Sin espacio, el aire escapa. Agobio que es vida.
Tenue.

Preludio del Adios


La noche sin nubes no esconde sorpresas. Sin embargo, algo le atraviesa el pecho. Hay caras que son vidriadas. Sinceras hasta el suicidio. Ella camina hundiendo sus pasos en barro, y llegar es partir.

Él espera con su café. Lo revuelve, aunque sabe que no hay nada para disolver. Acomoda el atado de cigarrillos, escarba el programa de su celular, como si fuera a encontrar una nueva y mágica función. Todo el espectáculo de la ventana le pasa desapercibido. Cambia las llaves de lugar, le pide un diario al mozo y fijamente observa el reloj de la pared. El segundero no avanza más que a pasos cortos, como indeciso.

Cuando abre la puerta, siente el calor del bar en su rostro. Por un instante, ansió no encontrarlo, para seguir su huída. Ve la mesa, y encuentra todas las pertenencias de él prolijamente acomodadas, como un muestrario de exposición. Las llaves del auto, el celular, el atado de cigarrillos, el encendedor dorado que tanto detesta. Y él. Siente que algo le enerva la espalda y aprieta los dientes hasta sentir el dolor en los maxilares. Ataja su sonrisa y le devuelve el frío que trae consigo.

Se alegra de la llegada. Pero el pecho le insinúa que algo no está bien. Quizás la mirada que huye a la suya, o tal vez la ropa. Duda. Habrá pasado algo afuera?, se pregunta. Mira por la vidriera del bar y todo está como cuando se sentó. Se acomoda en su silla sabiendo que se aproxima el momento de atajar una andanada de golpes en una habitación a oscuras.

Adiós Roberto...


Me senté al lado de la ventana. Como siempre. Abrí un diario que nunca compraría y esperé al mozo. Serían las 11 de la noche, día de semana, no recuerdo cual. Pedí un café y un vaso de soda. Nunca se me ocurren muchas actividades cuando tengo que matar el tiempo. Era eso o sentarme en la plaza. Pocas mesas estaban ocupadas, y el bar languidecía entre la poca luz y el escaso movimiento.
A mis espaldas, también junto a la ventana, se sentó una pareja con intenciones de charlar como se charla en algunos cafés, esquivando los nubarrones de una ruptura.
No vi sus rostros, pero los imaginé a la perfección. Ella era Daniela, adivino. Él nunca la nombró así, pero los diminutivos giraban en torno a Daniela. Dani, Danu, Danucha. Todos dichos en un estado de ruego e intercalados en cada frase. Él era Roberto. De la boca de Daniela nunca salió de otro modo. Daniela cuidaba que cada oración que expresaba, fuera lo suficientemente aséptica, tajante y sin ambages para el oído de él. Roberto discurrió su charla en cataratas de miel, en apelaciones a pasados virtuosos, instantáneas que pedían a gritos eternidad y pasiones apagadas por sabe dios qué conflicto.
No pude atrapar el nudo del drama, pero entendí en la primer respuesta que estaba asistiendo al desenlace que tanto temía Roberto. Parado frente a la alacena, corría de una punta a la otra abarajando platos, tazas y pocillos que ella, verbalmente, le tiraba al suelo.

Me abstraje por un instante. La voz de Daniela no era fuerte, ni siquiera sonaba enojada. Era una transmisión en directo desde el polo sur, y juraría que su aliento era helado, gélido. Sin dudas, tenía esa monotonía vocal que le adjudicamos a los robots de películas, pero era la temida voz de una mujer decidida. La voz que ningún hombre desea oír.

Cuando volví mi atención a la conversación ajena, sentí como Daniela comenzaba a apartarse de la mesa. El chirrido de su silla, las imploraciones de él, las disculpas de ella y su voz más lejana. La puerta que despide a alguien y deja entrar un leve viento. El silencio de Roberto que sabía que todos, involuntariamente, eramos partícipes de su nuevo estado.
Me levanté con la atención de no mirar a la cara a ese hombre. Preferí dejarlo sin rostro en mi memoria. El mozo se acercó, y me cobró al paso. Cuando buscaba la salida, oí como comenzaba su terapia de rehabilitación Roberto. Pidió algo fuerte y sin hielo, y le tiró canchero al mozo: -. Esta se piensa que es la única mina del mundo...
Uno más que tiene un futuro de recaídas crónicas.

Paciencia

21 octubre 2007


Hoy es el llamado a los gritos. A todas las resignaciones pasadas.
No quiero esperar que la lluvia la gaste. Que una ola la arrase o que el viento la esparza.
La impaciencia mastica cada nervio. El domingo amplifica el vacío.
Sin saber, sospecho. Del indicio a la sentencia, mil veces en mil instantes.
Será el llamado de la fascinación? El equívoco de las palabras huecas?
Las frases sueltas que sirven de soga, hoy sostienen. Mañana ahogan.

Toda una noche soñando hoy, cincelando el fantasma que no deja dormir. Rasgo por rasgo, aroma por aroma. El Frankenstein de una mente que se resigna a ser pasado. Arma y diseña. Desea.
Entre la dulce declinación y el ensordecedor pedido. Sólo un segundo toma decir adiós.

Siempre Entendí


El péndulo de la resignación y la rebelión nunca se detuvo.
De la euforia de vivir a escondidas la historia que nunca podría publicar, a llorar ahogada el diario de todas las mañanas. El vaivén siempre presente.
Llenando la bolsa de ilusiones y juramentos. Caminando por veredas separadas, alimentándose de guiños, destellos y cenando la amargura de lo imposible.
Cada día más cerca de nada.
A la luz, los escombros que apenas dan refugio, y el alma bañada de rocío.
Cada amanecer le roba el manto con el que sueña despertar, y me aleja.

Sufro esa piel. Y le imploro memoria.

El Envoltorio

20 octubre 2007


Que sea como debe ser. Un apagón de intenciones. Un corte de suministro de entusiasmo. Una escasez de sorpresa que haga explotar el mercado.
Tal vez deba asistir a la temida extinción de una llama que nunca quise avivar y me aterra que se apague.
El fondo sigue esquivo. El brusco descenso no sorprende ni se detiene. Es vivir con el pecho inflado por el airbag, antes del choque que quizás nunca se produzca. Adrenalina por nada. Catarata de silencios enlazados, juramentos que aseguran el próximo instante y abren el precipicio luego.
Juro que las vísceras se estremecen, que la sangre corre rápido como nunca. Te aseguro que quiero todo, pero desecharía la mitad. Sos el mejor envoltorio que me podría haber regalado el tiempo, pero es inevitable que te abra. Que te prometa que voy a envolverme en vos y sólo cubra mi cadera. Así será. Un orgasmo de culpa inundará el cuadro, y todo se diluirá.

Éxito & Mujeres

22 agosto 2007


Dalmiro Sáenz dijo una vez que las mujeres eran boludas porque no caían en la cuenta de que los hombres hacen todo para conquistarlas. Más concretamente, no se refería a la capacidad de hacer todo por una mujer en particular, sino que ese "todo" era dirigido a la totalidad de las mujeres. Mujeres sin cara, anónimas, que el protagonista aún no conoce y espera conocer. Mujeres que él conoce de todos los días y mujeres que le "pertenecen" a otros pero ese éxito lo pondrá bajo el reflector y a su consideración.
Neil Amstrong pisó la luna, Alejandro Magno forjó un imperio y San Martín cruzó la cordillera, pero además de los motivos más visibles, seguro había otro, escondido y subyacente. Era para competir con otros hombres? No. Los hombres competimos en otro plano, no directamente. Y una medida para competir es, justamente, el éxito con las mujeres...
Ahora bien, conducir un ejército victorioso, manejar un F1 o llegar a la cima del mundo empresarial suele impresionar al común del mundo femenino. Sin ir tan lejos, un auto con el mágico perfume 0 KM también surte efectos de hechizo. Pero qué hacer cuando esa mujer, y no otra, no se inmuta con logros y éxitos? Qué pasa cuando le hacen llover laureles sobre sus hombros, y la tipa se los quita con el revés de la mano, como quien se saca un cabello caído?
Qué difícil, pero que atrapante es tratar de entender el dilema.
Mi único y gran amigo Machín, una noche me decía que la fórmula que hasta el día de hoy le ha asegurado un 100 por ciento de efectividad, es la espera. Lograr algo, no importa que, y esperar a ver quien se acerca.
-No es de hombres contar y promocionar sus logros, comenta él. No tenés que hacer de héroe y de agente de prensa a la vez, se entiende? Porque desmerecés el logro si lo publicitás... -Comprendo, le digo, es como dar limosna pero no decirlo, no?
-No zapato!, me gritó Machín. El centro de la jugada es que los demás te hagan prensa y vos lo minimices, ahora la cazás?
-Perfecto. Nunca me quedó algo tan claro. Pero una vez que llegaste a donde querías, cómo lográs conservar lo que ganaste? -Eso es un misterio Negro. Nadie lo sabe, y me han contado que del otro bando, tampoco tienen mucha idea...
-Ah. eso es tranquilizador, le dije.
Después seguimos charlando de lo maravillosas que son las mujeres inteligentes, y de por qué no se puso de moda el campari con tónica.

Alas y Ramas

14 agosto 2007


*Después de una larga caída, accidentada, apareció una rama asomándose. Fue estirar la mano y sujetarse. Las heridas del recorrido vertiginoso hacia abajo, esperaron. El último aliento fue para asirse del árbol. Postergar el choque inevitable.
Esperaba que desplegara alas, y llevara lejos todo lo negro que acumuló en muchos calendarios. Pero era simplemente una rama, de un árbol que hundió muy profundo sus raíces. Inmóvil, añoso.

*Esperó años. Marchitó su vida, consumió su apariencia. Desdibujó sus virtudes y hundió una belleza rara en la paleta más abundante de grises. Pegó su mentón al pecho y apagó la mirada. Cuando quiso abrir el pecho y gritar hacia arriba, encontró el agudo sonido interior. El grito más silencioso, el mismo que la despertaba ahogada noche tras noche.

*Hundió paso a paso su caminar en la arena. No importaban las huellas. No había atrás, era norte, noche, pasado y la garganta con temblor. Un futuro sin caídas y alas que ya no confundiría con ramas. Volar hacia adentro, hacia lo profundo.

Musical Berreta (e imaginario)


Me da una secreta e inconfesable envidia, la alegría de película musical. Esa gente bonita que se dice cosas cantando, moviéndose al ritmo de una canción que nadie puso ni toca, y seguidos coreográficamente por todos sus amigos que hacen coros y aseveran lo que dicen los protagonistas.
Bailan arriba del techo de un auto, saltan ágilmente hacia una baranda y giran del poste de un semáforo que da todos los colores al mismo tiempo. Un tiempo que se detiene porque alguien que no vemos, paró los relojes de la vida nada más que para que una pareja le diga al mundo "Aquí hay amor". Los peatones paran y se sonríen. Los conductores sacan sus cabezas por las ventanillas y acompañan la escena. Una vecina se asoma por el balcón y oficia de testigo, cantando una estrofa. Un policía de tránsito pierde la compostura, y se acopla a los pasos de baile. Una jubilada arroja su bastón y ensaya unas piruetas de circo. Tres minutos de felicidad eterna y garantizada.

Termina la canción, la pareja se mira largamente y todo se diluye a su alrededor. Los coches hacen sonar sus bocinas estruendosamente, el policía comienza a levantar infracciones y la vecina del balcón riega las plantas, mojando a los peatones que, sorprendidos, miran hacia arriba y la insultan. Las amigas de la chica se van porque las esperan sus novios. Los amigos del muchachito se van al bar y se lo quieren llevar, insinuándole que su actitud es de dominado. La anciana del bastón le pega a uno de los pibes que casi la desparrama en la vereda.

Tal vez sea sordo, quizás insensible, pero hoy tengo ganas. En algún lugar debe estar sonando la canción de mi propio musical. Será cuestión de afinar la sintonía, y dejar de negarse. Digo...

Cuando el Sol

06 junio 2007


No sé como llegamos hasta aquí. Lo sospecho, pero no lo puedo explicar. Porque las palabras las usamos pero explicar otros arribos, otras llegadas a paisajes tan tristes como éste, pero... cuando gastamos las frases, quemamos un perdón sobre otro y persistimos en desenrrollar más promesas, los sentidos se empapan de nuestra propia anestesia. El tacto se me adormeció. Perdí la encantadora fascinación de sospechar tu aroma y, cuánto más creés que el tiempo se va a dejar torcer el brazo?.

Después de dejar todas las luces encendidas, todas las señales, luego de lanzar la última bengala para que se la trague el mar de la oscuridad más negra, se acostó. Se acostó justo cuando una bandada de gorriones ya cantaban cerca de la ventana, que le traslucía un par de rayos del día.

Poniendo a trabajar con fuerza esta mente, no recuerdo días en los que el corazón no quisiera parar. Días en los que no deseara que el viento amontonara lejos toda la sucesión de amables excusas que siempre nos dijimos para no llegar al precipicio. Y méritos para caer no nos faltan, ni ahorramos siquiera el cinismo para disfrazar la culpa como destino.

En apenas unos instantes, saltó de la cama. Encendió el fuego y atento buscaba oír el silbido de la pava. Cuando estuvo listo el mate, ya todos los sonidos del día inundaban la cocina. Los engranajes comenzaron a rodar, y sin querer, ya estaba en marcha la sucesión de hechos que sin duda, lo depositarían en el punto de partida. Como todas las noches. Como todos los días.


Militante del Amor (Breves Momentos de Duda)

04 junio 2007


Para mi amigo, el tema se ha convertido en cuestión de vida o muerte. Me dijo que sentía que tenía algo dentro de él que gobernaba su comportamiento. Como esto pinta para largo, comienzo a imaginar una vía de escape.

Lo mato, Negro, te juro que lo mato, me dice Machín, necesitado de descargar el container de bronca. En este caso, como en tantos otros, se ve que la cara de repositorio de todo lo malo que le sucede a mis amigos, no me queda mal.

Decime, nunca sentiste esa bronca que te come por dentro, porque querés manejar una situación y no podés?
Siempre, le digo. Es casi constante, no sé si es normal, pero para mí es común.
Claro, no sos de gran ayuda...dice pausando la confesión, hasta que arranca de nuevo.
Siento como cuando quiero largar el faso..., pasa una hora, y vuelve la idea fija "quiero fumar, quiero fumar". Y busco algo que me lleve la mente hacia otro lugar, pero luego de unos minutos vuelve. Me imagino prendiendo el cigarrillo, o me encuentro haciendo algo que siempre hacía mientras fumaba, entendés?
Si, claro, le digo. Y dejaste el faso?
No, Negro, no. Cuando no querés escuchar, cerrás la llave de paso, eh?, no te estoy hablando de eso. Quiero dejar otra cosa.
Ah, ahora si te entiendo, a mi nunca me lo contaste, pero algo me habían dicho...
De qué? Qué te dijeron? Quién?

No, nada, está bien..., si no me lo contaste, no quiero obligarte ni mucho menos.

Qué? Qué decís? Yo nunca te oculté nada! Al contrario, siempre fuiste el amigo que puso la oreja antes que nadie, cómo voy a ocultarte algo?
No sigas, Machín, no hace falta. Además, para cada amigo, hay un secreto y lo comprendo. Debe ser así. (Ahí, reconozco que lo dejé duro).
Esperá, no termino de comprender, (respira hondo y trata de juntar el ovillo de la conversación), vos me decís que hay algo que no conté, que te enteraste por otro lado y pensás que yo se lo confesé a otro pero te lo oculto a vos?
Más o menos por ahí anda la cosa... le digo como para embarrarle la cancha y de paso, enredarle más aún la charla.
Negro, me sorprende lo que me decís, porque lo que yo espero de vos, si hay un tema que querés hablar de mí o de algo que te contaron, es que me vengas de frente. Es lo mínimo... Claro, le digo poniendo tono firme de voz, eso mismo pienso yo...y abro el celular aunque no tenga nada que atender.
Ya está desconcertado, pensando y revolviendo pensamientos. Lo saqué del tema, y su confesión, que sé por donde viene, pasó a un segundo plano, y ya casi se olvida de por qué quería hablar conmigo. Machín tiene la desorientación en la cara.
Lo miro fijo, y le tiro: Vos sabés que podés contar conmigo para lo que quieras. Me incluyas o no en tus secretos, el Negro va a estar siempre. Recordalo. Ahora me tengo que ir, pero en cuanto me precises, avisá.
Machín, callado y desconcertado, me saluda con la cabeza.
Cuando me voy, le pregunto: No estarás cansándote de tu novia, no? Bueh, cualquier cosa, me llamás después, eh?.

Le hice un favor. Le saqué la mina de la cabeza por un rato. Aunque más no sea, esta noche va a pensar en otra cosa, y con suerte, se le termina de enfriar el tema de estar tan enganchado con ella. Al final, si los amigos no estamos para ayudar, para qué estamos?.

31 mayo 2007


Todos precisan algo en que creer. El costado más endeble de la mente requiere un norte que esté lejos. Que no sea fácil de alcanzar. Porque lo alcanzable, lo puede hacer el verdulero de la esquina. Y la necesidad de trascender, de saltar vallas, no roza ni de cerca lo cotidiano.

Los misterios que envuelven las distintas creencias, en vez de alejar, acercan. Casi como en otras cuestiones, digamos amorosas, la niebla de alrededor no espanta, sino que atrae.

Nunca se preguntaron por qué el cine repite hasta el hartazgo la escena de la chica inocente o el muchachito inexperto que remonta la colina donde está el castillo? Y el castillo que apenas se distingue dentro una nube negra y aves rapaces circundándolo...
Juraría que esas cosas tan ominosas las vemos nosotros solamente. Porque estamos afuera, porque apreciamos el gran cuadro completo. Y nos decimos entre nosotros, cómo no se dan cuenta?. Cómo puede ser que sigan, si arriba los espera todo eso?

Menos mal que no nos oyen. Al igual que en muchas oportunidades en las que uno desoyó el toque de atención, y puso primera a la cima de la montaña más fea, pasando por necio o sordo, nada más que para comprobar que, efectivamente, la princesa era el jorobado de notre dame.
Pero lo precisábamos saber. Teníamos que verlo. Y si era necesario, sufrirlo.

Para darle de comer al costado más débil del cerebro y más poderoso del corazón, nada mejor que no hacerle asco a ninguna montaña, no renunciar ni siquiera a una pendiente.
Porque para sentir, de tanto en tanto hay que bajar rodando, y no que nos bajen siempre en andas.

Un Acto Reflejo


Adonde se fueron flotando todo esos sueños que obnubilaban?

No hay una misión de rescate para encontrar todos los deseos que cayeron en el agujero negro de nuestra memoria?

De lo mejor que tuvimos, quedó la tapa. Y el tiempo que nos corrió, ahora arrincona un par de historias contra una pared.

De tanto en tanto, una explosión que llaman crisis, eclosiona y pasa de largo. Vuelta a vivir a pleno la anestesia que tan bien nos hace.

Probamos que era posible dormirnos en caída libre.

Militante del Amor (A esparcer la palabra...)

23 mayo 2007



Me estás difamando, me dice con cara de enojado.
Para nada, niego yo.
Si, y no sólo eso, me hacés quedar como un soberano estúpido, me replica.
Todo lo contrario, te estoy tratando de humanizar, comprendeme, le digo, tratando de frenar una probable discusión. Creo que se enteró que suelo hablar de él en otros lados...

Ahora que mi amigo ejerce su nuevo estado, el de enamorado, lo noto más que sensible, diría que está sudando hormonas de manera descontrolada. Incluso, y eso me hizo sonar la alarma, está estupidamente perceptivo para cuestiones que antes deliberadamente dejaba pasar.

Qué linda mañana, Negro. Viste el sol?.
Si, bolú, está igual que todos los días a esta hora...
Ya sé, dice, es una respuesta boba la tuya. No querés entender lo que te digo...
Pará Machín, tu versión "enamorado reciente" me desconcierta. Al contrario, no te desconcierta, me da la sensación que te da envidia...me dice poniendo su mejor cara de timba. Hace una pausa, y espera mi reacción.

Si me busca, me va a encontrar. Porque que se enamore, estaba en los cálculos, poco probable pero posible. Pero que se quiera convertir en un militante, en un predicador del estado de enamoramiento, me colma. Y que encima pretenda revelarme la palabra... No es la primera vez que conozco a alguien que, al enamorarse y conocer las bondades de ese estado, se ve obligado a salir como un testigo del amor, puerta por puerta, casa por casa. Qué les pasa? Si no sacan el tema ellos, que se ven compelidos a contarnos lo bien que les va, lo relacionan con cualquier cosa que nos suceda a nosotros y les estemos confiando. Y amañan, retuercen la charla hasta terminar hablando de lo que sabemos hasta el cansancio. Lo bien que se sienten. Lo bien que les va.
Pero hay un momento peor.

Después de quedarse callado unos segundos, Machín me mira a los ojos. Y como si preguntara con un lanzallamas en la mano, me desliza...Es que no me querés entender, vos estás negado a sentir. A ver hermano... cuánto hace que no sentís el cosquilleo en la panza, las manos un poco húmedas, el corazón que se quiere escapar y pelea con las palabras por un lugar en la garganta? Eh? Cómo? (lo único que se me ocurrió decir)
Vos me entendés... Si Machín, tan bien te entendí que prefiero seguir sin escucharte. De paso te comento, si por esas cosas te llegás a desencantar, o te sentís ahogado por la relación, no vengas a golpearme la puerta para contarme las bondades de la libertad y lo maravilloso de la soledad. Te conozco, le ponés tantas ganas a las cosas, que no me extrañaría.

Creo que se enojó un poco. Tal vez se me fue la mano, pero me da la sensación que con el tiempo me va a entender. Tal vez. Ojalá que no.

Todos los días

22 mayo 2007


Machín me acaba de llamar. Fue muy claro, conciso, incluso lo noté con un dejo de vergüenza.
"Se terminó mi rutina de amanecedor profesional", me dijo muy secamente por el teléfono. No entendí bien por qué me llamaba a mí para hacerme el aviso. Luego de meditarlo, me dí cuenta que yo soy uno de los que forjaron su leyenda.
Machín, mi amigo que vive hace 20 años teniendo 20, anuncia su retiro. Doloroso para nosotros, sus amigos, que vivíamos sus aventuras como propias. Además, Machín era la segunda en todos los fogones. El amigo que se alejaba de una novia (digo novia, no mujer que otorga ciertos derechos sobre sí por un escaso lapso de tiempo) tenía en Machín el compañero perfecto para rehabilitarse. Él sabía donde tocar para conseguir un lugar, conocía donde se refugiaban las desahuciadas de una noche, y lo fundamental, estaba al tanto de la cotización, en tiempo real, del fernet en cualquier tugurio de la noche. Era la agenda viviente de cuanto celular inconseguible hubiera y a la vez, era la inmensa biografía de miles de anónimos y anónimas que uno podía consultar, para poder atracar el barco pirata sin temor a que nos echen una salva de cañonazos. "Machín, la conocés a fulana?" era la frase-gatillo que disparaba la vida y obra de la dama. Y en ese instante, nos sumergía en el árbol genealógico y en la maraña de relaciones de la mujer de quien queríamos saber mucho, pero quizás no tanto. No lo hacía por simple chusmerío, juro que no era de comentar nada que no se le pidiera, ni siquiera de regodearse con la frase "A que no sabés....". No, lejos de él esa actitud.
La cuestión es que la noche pierde una estrella, a causa de un amor. Una más.

Todos los días se enamora un duro.
Todos los días, un grupo de amigos pierde al último que se resiste a decir la temida frase.
Todos los días, nace alguien pensando que descubre América, porque se dio la oportunidad de pronunciar la frase.
Todos los días son el mejor día para pensar que se dice por primera vez.
Hubiera pagado para presenciar el momento. Machín diciendo "Te amo".

Mi ansiedad agoniza cuando compro por TV

15 mayo 2007


El mundo se nos llena de aparatos estúpidos que no resisten el uso más allá de un par de veces. La televisión inauguró los horarios más insospechados para vendernos la inutilidad más absoluta, acompañada de varios implementos que pueden ser nuestros saliendo de la cama y llamando ya, a las tres de la mañana del martes, dándole un uso terapéutico a la tarjeta plástica. Sin embargo, mi ánimo oscilante, veleta y zigzagueante me lleva a reivindicar algunos productos.

El infomercial que tiene de protagonista a un señor muy mayor, debería entrar en la galería de los más logrados de la historia. Al cabo de 15 minutos, uno está cerca de creer que, de comprar ese exprimidor, uno adquiere la fuente de la juventud y un certificado de vida sana, además de sentir en los minutos iniciales cuan cerca de ser una ameba está uno.

Hay una reunión de vecinos y amigos en la barra de una cocina. Un matrimonio oficia de anfitrión. Sacan un aparatito muy parecido a una licuadora, pero no. Eso diría cualquier asno que no alcanza a ver el potencial de la máquina que están por presentarnos. Una creación de la ingeniería que permite ingresarle distintas sobras de comidas añejas y devolvernos riquísimos platos, transformados quién sabe por qué método de avanzada. No, No es una procesadora, es una pequeña maravilla que nos acerca a algo. Aún no sé a que, pero lo descubriré.

Muero, literalmente, por tener un audífono. Me imagino la reacción de mis amigos (envidiosos y competitivos todos ellos) al verme seguir por la tele atentamente un partido de futbol con el audífono de la publicidad, que además te recomiendan de modo muy sugerente que no oigas conversaciones privadas. Te ofrecen la posibilidad de darle unos puntos más de valor a un sentido tan importante como el oído, y la vas a desperdiciar?. Never, en cuanto salga de las cuotas del aire y de la escalera de las mil posiciones, me meto de lleno de nuevo.

Extraño los pela papas de lujo que ofrecían antes. Cortaban una batata descompuesta, pero con qué calidad artística! Uno sentía que sin haber pisado un recinto universitario o haber pagado un curso, era un chef consumado y hasta daba ganas de cambiar el lenguaje de cocinero de fonda por otro más lucido y técnico. Es que el hábito no hace al monje, pero ayuda al entorno del monasterio.

En fin...

Un barco de papel (Surfeando un Tsunami)


En el arte de hacer lo posible (donde dicen que vive la monotonía), también para de prestado el sentido común.
Mientras que una ola de agua viene bajando implacable, arrancando árboles de raíz y paseando casas como si fueran caballos de calesita, siempre habrá uno que está parado frente a la correntada.
Por deporte o por convicción?, esa es la pregunta que salta cuando uno divisa un puntito en la marabunta, y él, sola su alma, contraría la dirección de todos sin pedir permiso.
Cuando alguien decide en su fuero íntimo ir contra la mayoría, ya sea consciente o inconscientemente, ha elegido su destino, pero seguro ha marcado el destino de muchos otros.
La historia grande y la pequeña, la crónica de las enciclopedias y las anécdotas de barrio, todas guardan historias de desplantes, rebeldías y aparentes caprichos que torcieron ríos o derrumbaron imperios.
Tal vez, en este preciso instante, un tipo se levante de su silla y decida tirar por la ventana la calma que lo guardó durante años. O quizás, al apoyar el primer pie en el suelo, esta mañana una mujer lleve sus pasos hasta la puerta de calle y la cierre por última vez.
Porque para llevar adelante una epopeya, para escribir el primer capítulo de algo monumental, no hace falta tener a todo el imperio romano frente a uno. Basta con vencer al oponente interno, ese que nos usurpa la voz de la conciencia y nos hace posponer lo que debería haber sido ayer.

Una lista de deseos (My Whishlist)

09 mayo 2007


Un frío que congele todo. Un viento que traiga nieve y cubra el campo. Un reloj que se detenga y nos dé tiempo para resolver. Un sol que, tibio, derrita la escarcha. Una perilla que encienda la escena y la ponga en marcha. Un sueño calmo que repare las almas.

Un auditorio en silencio y las palabras perdidas para explicar.

Una luz tenue para adivinar y confirmar cuanto te conozco. Una caja cerrada para volver a elegir ese aroma. Y una vez más, las llaves de todos los relojes en mi mano.

Una montaña para atrapar el cuadro completo. Un volcán que queme hasta el último rasgo que habita la memoria. Una memoria con switch. Un bar que nunca cierre y no aloje recuerdos.

Un ojo que vea todo. Una mente que lo entienda, un corazón que comprenda.

Una mano inmensa que atrape todas esas sensaciones. Un pizarrón que las guarde.

Un reproductor de emociones. Una grabadora de presentes atesorables.

Y más. Mucho más. Una sola cosa.

Definiciones de Bar (Baratijas agradables al oído)

02 mayo 2007


*Carrera: No podemos desmayar. Una vez que bajaron la bandera, lo único que esperan es que corramos. No hay cinta que cortar, ni premios consuelo; no hay podio ni fotógrafos. Sólo, al final, dicen que entregan una cinta y el diploma de gente de bien.

*Dormir:
Dormir no es soñar. Es apoyar un peso muerto sobre la obligación de seguir. Espinas agudas e ínfimas, listas para sobresaltar a los elegidos y descorazonar a los débiles, son el antídoto. Es el premio para los que desmayan y la tortura para los que flaquean. Nunca será un obstáculo para ganar.

*Ganar:
Llegar al lugar estipulado con la suficiente cantidad de sangre en los zapatos, y no tener deseos de limpiarlos.

*Soñar:
Intentar darle la categoría de palpable a algo que, siendo material, no se puede tocar porque es ajeno.

*Ambición: Sana intención de pretender algo para uno, que sólo uno puede disfrutar y probablemente, muchos sufrir.

Anotaciones Estúpidas Para Una Agenda


*Si se enteran que caí en cana, y me quieren hacer un favor, llamen a un boga de la tele. Si vive eternamente bronceado, mejor. Si su cabello es de color indefinido, mejor aún. Es preciso tener de tu lado a alguien que te defienda en cualquier momento y de cualquier forma, ya sea ante Grondona, Mauro Viale o Marcelo Bonelli. Y que todos le den lo mismo. Que hable de uno en la puerta de un juzgado o de un boliche a las 5 de la mañana. Es igual.

*Si estoy enfermo, la mejor opción es el Doctor Cahe. Piola dentro del gremio de los tordos piolas, no te cura pero la pasás bomba. Estarás mal, y así y todo, convalecés en una quinta, y si te manda a un psiquiátrico, tiene onda de otra cosa.


*Si estoy solo, quiero una silla en Yo me quiero casar y ud. modelo 2007. Hay algo mejor que sentarte frente a 10 ó 15 mujeres que quieren matar su soledad, aunque más no sea a palazos, y cualquier bondi las arrima al barrio?. Además, un gabinete psicológico que te asiste si no te dan bola, o te saca la culpa si fuiste lejos en el pe-pé-pe-pé.

*Si mi peso comenzara a ser un problema para el resto de mi organismo, sin dudas pediría a gritos una plaza en Cuestión de Peso!. Cómo encarar el drama sin la paternal mirada del Doc Cormillot, que no sé si fue gordo alguna vez, pero cómo los entiende!. Conmovedor. Movilizante.
Y la señora que conduce, tan afecta a la problemática que abandonó su carrera actoral para torturar obesos con estilo. Si no bajás así...

*Nota: No sé que hacer en caso de aburrirme. Me tendré que asociar a un video club.

01 mayo 2007


Todo está donde se supone debe estar, aparentemente.
Volver a un recuerdo doloroso produce estertores, sacudones que pensamos como pasados. La imagen que loopea en mi cabeza es la del viaje al centro de una herida. Hundiéndome en carne viva, un rojo oscuro que ahoga y a la vez duele.
El tiempo es cíclico en estas cuestiones. El almanaque porfía, y nos quiere hacer creer que es lineal. No. No en esto. Es eterno en el desencuentro, circular en la ausencia, lineal en el goce. Nada tuerce lo que se forja con dolor. Burlamos por instantes al destino, sólo para seguir siendo los perfectos esclavos del libreto que nos escribieron.
Todo sigue igual de bien.

Creyente II

25 abril 2007


El frío es algo muy placentero, siempre que se esté confortablemente acostado, y debidamente tapado, en algún lugar de nuestra elección. Caminar cuando sopla un viento gélido que parece quemarte el rostro, no es mi definición de placer. Menos aún con un discurso que viene de horas, y chamusca mis oídos.
Negro, viste que te decía?, el vendedor ambulante, ese que patea para vender su mercadería, la yuga bien. Nunca te pasó?, te golpean la puerta a las 3 de la tarde o un sábado a la mañana, lo último que querés es verle la cara a un testigo, a un mormón o a un vendedor. Vos abrís con la peor cara que podés juntar desde el baño hasta la puerta. Te venís levantando los pantalones, dejás el diario en la mesa, y zas!, el tipo te entra con su discurso. Te abre un bolso donde puede haber desde un control remoto universal hasta un juego de destornilladores para desarmar un transbordador espacial. En esa inmensidad, el tipo tiene algo que vos creés que precisás. Pero nunca te diste cuenta? Te va llevando hasta que el presiente por donde entrarte! Ese es el juego, ese es el centro de la cuestión, te muestro una punta, otra, hasta que tuc!, te veo el brillito en los ojos, y ataco. Con las minas es igual. Con sutilidad, explorás los caminos, alguno te tiene que llevar al bosque.

A juzgar por la pasión con la que habla, me da la impresión que Machín hubiera ganado muchas presas en las ligas mayores, y la verdad, lo único que le envidio es cuando se levantó a Eugenia, una morocha de ojos claros que se notaba que estaba buena hasta tapada con una lona de calesita. El resto..., el resto las puede enganchar cualquiera en la cola de una agencia de remis.
Miro, y estamos por llegar a mi casa. Me pego a la pared, y doblo sin saludar. Los pasos y la voz de Machín se alejan, sin que se dé cuenta que se quedó sin auditorio. Me apuro, y saco las llaves. Me zumban los oídos, el silencio de casa me aturde. Me duermo urgente, esperando que mñana no me saque de la cama un golpe en la puerta.

Creyente I

24 abril 2007


Mi amigo, que de mujeres conoce bastante, opina que el tema es un intocable y a la vez un clásico de las promesas en una relación. Yo, que soy muy pragmático y de tantear hasta donde veo, prefiero pensarlo como un anacronismo.
El bar se va despoblando. Las vasos vacíos y la cortina de humo son lo que más abunda en la escenografía, y la charla sigue por los carriles previsibles de cualquier charla a esta hora.
Viejo, te lo aseguro, no hay mujer que no sucumba ante la promesa de una estrella, o la luna misma. La esencia de la relación, sea una noche o una vida, está en creer en un momento que eso es posible..., me entendés Negro?.
Si, contesto, lo que pasa es que hoy las cosas cambiaron, Machín. Yo no siento creíble el ofrecimiento...
Si no creés, no vendés, gil
, me dice Machín que siente que trae la palabra para revelar. Cómo encarar la montaña, si cuando llegás a los pies, empezás a recular? En esa batalla, empezaste perdiendo. Qué hacés cuando te gusta una mujer? Te acercás pidiendo permiso? Esta silla está ocupada? No, gil. Nunca una pregunta, siempre afirmaciones. Y al momento de la concreción, la promesa. Eso resume lo que uno es capaz de hacer por ella. O vos conocés alguna mina que dé sin promesa, aunque sea una promesa vaga, barata o difusa?. Ninguna, hermano, ninguna. Ni siquiera las chicas a las que tenés que pagarle!. Porque si la plata está, hay cama, pero si das más, hay más.
Me retiro un poco de la mesa, llamo al mozo, y pido dos fernet más. Esto se vislumbra extenso, como un discurso en la ONU.
Sabés cuál es tu problema? No se trata de parla, de chamuyo. Vos no te das cuenta si te creen o no cuando hablás? Yo me doy cuenta. Y sabés donde empieza el tema del descreimiento? En tu propia cara, Negro. Si estás ofreciendo plumeros, para vos el plumero es mejor que una ultraspiradora de la NASA, entendés? O sea, conclusión, no hay nada mejor para esa mina que vos. Desde ese lugar prometés, y desde ese lugar sos creíble. Vos creés, ella cree, los dos la pasan genial.
Largo el vaso y me pregunto en qué momento solicité una lección de vida. No contesto, sólo miro para no provocar una nueva catarata de frases. Pero parece inútil...
Imaginate un vendedor callejero. Quién los quiere? Quién los soporta?, sin embargo todos les hemos comprado algo. Se mueren de hambre? Lo dudo, sino no habría más hace rato. Negro, convencete, creer es la llave.
El mozo, con amabilidad de 7 de la mañana, se acerca a cobrar. No precisa decir nada más. Nosotros enfilamos hacia la calle, y yo pienso cuántas cuadras más me quedan por caminar.

Esto No Es Nada (SIempre hay lugar más abajo)

22 abril 2007


*Tienen todo el derecho. Miles de personas de todos los rincones del país ansiaron ocupar ese lugar. Pero sólo unos pocos elegidos entraron. Y no cualquiera, eh?. Era preciso acreditar una verdadera vida de mierda, perder a los padres de chico, arrastrar adicciones, enfermedades propias o de familiares, abusos, delincuencia. En concreto, poseer una historia jugosa y una personalidad volátil que pueda hacer estallar por los aires el rating. Serán modelos, vedettes, actrices, o co-conductores de programas de chismes, una vez que haya pasado la fiebre. Y otra vez se cumplirá el ciclo de formación de mano de obra barata para la TV. *Lejos de aquí, en todos los sentidos, se realiza un concurso de baile por televisión, donde participan famosos y anónimos formando parejas. Es un formato que ha probado tener éxito en las pantallas del mundo, y de paso, nos consuela a nosotros... La ex mujer de Paul McCartney, señora a la que la desgracia la privó de una pierna, concursa. Un paso que no pudo medir la arrojó al suelo, dejándola desparramada ante millones de espectadores. Su foto desde el suelo dio la vuelta al mundo, y la audiencia creció desde el incidente. Hoy la tele nos brinda la más amplia gama de emociones, nos compadecemos de las desgracias ajenas, condenamos la miseria de ciertos personajes, y le damos categoría de ídolo a gente que lleva el mismo nombre tanto dentro como fuera del estudio de televisión. Hace muchos años atrás, el espectador no podía separar al villano del actor, hoy sabe que no hay actor sino que es alguien de carne y hueso, extraído de su entorno habitual (como el nuestro), y puesto bajo las cámaras a ser él. Es uno de los logros más importante para la tele. Sin embargo, yo me inclino a pensar que lo más significativo de este modelo, es darnos la posibilidad de experimentar emociones verdaderamente fuertes, que pueden apagarse o quedar suspendidas por el toque de un control remoto. Mientras tanto, miserias mayores y glorias más puras suceden a nuestro alrededor todos los días. Sin cesar. Sin esperar una cámara, un mundo de cosas sigue andando.

Yo te lo guardo

18 abril 2007


Como cuando uno ve juntarse las nubes que aparentaban dormitar en los rincones del cielo. Al igual que el momento en que la llama del fósforo pasa peligrosamente la mitad. En situaciones por el estilo, la experiencia hace sonar la alarma. Y normalmente la oímos y le hacemos caso. Entonces, por qué desoír el toque de atención, en casos en que se comprometen cosas más importantes que la ropa en el tendedero o un dedo chamuscado?.
Será porque hay placer. Porque se disfruta de algo que tiene "vencimiento", digamos, o una prohibición explícita. El camino sobre el filo del cuchillo requiere habilidad de circo, y esto lo sabe todo el mundo. Sin embargo, para darle un ingrediente interesante a la vida, lo practicamos todos. Pero me quiero concentrar en otro aspecto de la cosa. El goce de lo prohibido produce el doble de placer, diría yo. La fruta es más dulce, la gallina robada es más sabrosa. Será por eso que la divulgación del goce prohibido ajeno también produce placer? Obviamente no es lo mismo, pero cuánto cotiza la revelación de un amor oculto, una pasión incendiaria que se desconoce o una debilidad protegida bajo siete llaves?. Me pregunto por qué no hay un estudio, de los tantos y estúpidos que conocemos todos los días, que nos diga qué químicos trabajan y cuáles áreas del cerebro se estimulan cuando contamos un secreto ajeno? No me digan que es la sensación de poder que da el tener información que otros desconocen. No es el caso. Los que conocen la fórmula de la Coca Cola se sentirán unos peldaños debajo de dios, pero no se lo cuentan a nadie. Cuando accedieron a conocer los ingredientes, ya se sabía que no iban a poder contarlo, y en nuestro caso el placer reside en contarlo por lo bajo, previa actuación, pedido de juramento que sabemos se romperá y mil recomendaciones que pueden incluir la consabida frase "no digas que yo te lo conté". El permiso más explícito para propagar el secreto.
Ahora bien. Sabemos lo que sólo saben los involucrados. Nosotros somos la parte intrusa de la cuestión, y nos enteramos por casualidad o por descuido de los protagonistas, (dejo de lado la confesión que nos hace un amigo, porque esa revelación implica ser un remachado traidor clase A). Qué clase de secretos son material de tráfico y cuáles deberían guardarse?, cuál es el tiempo prudencial para guardarlo y luego sí darle rienda a la señora chismosa de ruleros y batón que llevamos dentro?. Será cierto eso que nos endilgan las mujeres, que los hombres somos peores que la mujeres en el tema?. Quién sabe, no es material para producir la falta de sueño. Pero si uno de ustedes supiera lo que me enteré, es probable que esta noche no duerma.

Antes de que se apaguen las luces

17 abril 2007


Faltan pocos días para lo que sería su cumpleaños. Hace ya un tiempo que vengo recordando la fecha, a pesar de ser de esos a los que los números les pasan por los costados.
No recuerdo como lo conocí, pero si sé que me fue a buscar, y que tenía un hueco que precisaba llenar.
Todo hombre precisa en algún momento de la vida sentir que va a dejar algo para el futuro. Tal vez haya alguien que quiera resumir ese sentimiento a un llamado de la naturaleza, o a la preservación de la especie. No estará equivocado del todo, pero como seres humanos precisamos racionalizar nuestros pasos más importantes, nuestros cambios que no tienen retorno. Por eso lo imagino en ese momento, viajando en su Gordini cientos de kilómetros, sabiendo que no volvería solo. Pensando que era hora de dar todo lo que tenía dentro y el destino, la vida o lo que catzo sea, se lo venían postergando.

No se sacó la lotería, precisamente. Le puso empeño para remontar la cuesta, para entender en cada momento trascendente a un tipo que, de arranque, le llevaba cincuenta años. Pienso lo difícil que le habrá resultado. Y me pregunto cómo se construirá una relación que perdure y traspase cualquier inconveniente, partiendo de esas condiciones tan adversas.
Supo ser dueño de un bar, y jugaba al billar como lo solían hacer los hombres de antes. Muchos discos viejos de tango atestiguaban que esa era su música, y entre sus papeles amarillentos, le encontré una foto de Amadeo Carrizo autografiada y un viejo carnet de River.
Aún con los años pasando sin cesar, me sigo asombrando con su capacidad para entender y acompañar lo que no compartía, pero respetaba desde el amor. Qué gran tipo.

Lecturas estúpidas de una realidad muy astuta II

10 abril 2007


El tipo se mordía los labios desde que descubrió que su mujer le entraba a cualquier cosa que caminara por la vereda de la casa. Desde que comenzaron sus sospechas (seguramente varios años más tarde desde que la esposa comenzara a comer en platos ajenos), trató de domar su costado salvaje. Intentaba pensar en que, tal vez, su mujer se había enamorado de alguien. Porque siempre es mejor para el ego propio la variante "se enamoró de", que la sombría y humillante "se calentó con". El paso del tiempo anestesia las heridas más profundas, pero no las cura del todo y el hombre, con el correr de los años, se enteró que la mujer que llevaba un anillo de casamiento igual que el de él, era en realidad el alma y el corazón de la patria partusera de su pueblo. Ninguna festichola era digna de mencionarse, si su esposa no estaba. Desde que comprendió el rol que desempeñaba en la imaginación de la gente, comenzó a planear el final del martirio. Sus días eran un calvario, y creía ver en cada hombre de su ciudad al que le robaba el pequeño trozo de dignidad que le quedaba. Lo desesperaba la mirada de un desconocido, y sospechaba que a sus espaldas se comentaba la generosidad y entrega de su cónyuge. A su memoria volvían todas las escenas que le parecía intrigantes o dudosas. El repartidor de soda, el cobrador del club, los amigos del country, sus compañeros de trabajo, los de ella, el diariero...
Nadie quedaba afuera de este gran complot que viajaba a sus espaldas. Y que cada día lo doblaba más.
Con mucha calma, comenzó a hilvanar el desenlace. Sacó pasajes para viajar. Al momento de emprender la partida, sólo viajó un fiel amigo con su celular. Él se quedó cerca de su casa a la espera del momento adecuado. A la madrugada, el cómplice envía un mensaje de texto con una banalidad, la necesaria para que las antenas capten que el celular estaba a cientos de kilómetros de su pueblo. Entró a su casa. Decidido a que los diarios del país anuncien que le pasa a los que joden con él.

Lecturas estúpidas de una realidad muy astuta



Al tipo se le fue la mano. Pescó a la mujer con una historia en offside, y el juez de línea le levantó la bandera. Con la furia latiendo en la sien, crispando sus puños, se permitió descargar un par de piñas, unos golpes con el atizador del hogar (que no es el palito de las brasas de la parrilla), y final brillante y arriba, con cinco corchazos de un arma que guardaban en el placard por si algún día entraba a robar un aborigen fumador de paco. Para no salpicar a la familia, (porque la familia no es como una moquette, un sillón de pana o una pared) todos acudieron a darle una mano al tipo que, al fin y al cabo, no es jodido, che. Es uno como nosotros que un día no pudo desagotar la cámara séptica y se le rebalsó. Ay, pobrecita, dijo uno que llegó tarde. Tan cuidada y elegante que era, seguro que no le gustaría que la viéramos así... Tenés poxipol que le tapo esos agujeritos tan desprolijos de la cabeza?. Y una cosa lleva a la otra. Mejor la cremamos, eh? Quedaría muy bien una urna de bronce en aquella repisa, no gordo?. - Bronce? No jodas, che, se merece mucho más. - Este pedazo de plomo, lo podemos guardar para hacer plomadas? Mirá que el fin de semana que viene nos vamos a pescar...ta' bien, lo tiro. Hubiera sido un lindo llaverito. Qué me mira usted?, siga limpiando, che!, para que le pago?. Vaya a prender la tele, que quiero saber como van Boca y River...

Apuntes para una religión distinta (No me peguen, yo no creo en el dolor)

09 abril 2007


Hoy siento ganas de encontrar un altar.
No es necesario que tenga sobre él un techo abovedado, arcadas, vitreauxs...
Es que quiero un norte para apuntar la proa. Y si, por qué no?
Preciso el refugio que cobije la llama de mi vela, que subsiste por capricho propio.

*Mi religión tiene dioses y fieles, siempre listos para desempeñar un papel a su medida. O los dos a la vez.

*Los templos caminan por ahí, como esperando a un fiel que se digne. Hay fe, hay esperanza. Y una luz que pone a prueba al ciego más terco.

*Nada hace caer al que siempre llega tarde, porque algún día la fiesta comenzará temprano.
Un millón de veces juntamos las guirnaldas ajenas. Un día estaremos para colocarlas. Y al otro llegaremos para disfrutar.

*El objeto de culto es visible, palpable, tangible. adquiere formas misteriosas, pero no tanto. Nadie cree en lo que le repugna.

*No está bien temerle a quien le prodigamos nuestro devoción. Amor y temor no forman buena pareja.

*La palabra, el verbo, no se declama. En estas cuestiones, la declamación es alarde. La virtud es la obra.

*La redención no es un misterio. La acción es el medio, el logro es el premio, pero el premio mayor es volver a buscar la redención, como si nunca se hubiera accedido a ella. El supremo aburrimiento es estar siempre en la cima.

*El conocimiento está en saber apreciar el "mientras tanto".

*La pasión tiene origen en el prójimo, y es alguien que vive, palpita, huele. Y sabe que es objeto de pasión.

Obstinados del mundo, uníos. De Ustedes será la esperanza, y no de los esperanzados.
Ahora sí, me voy a fumar tranquilo.

Movimientos

08 abril 2007


*Quedarse inmóvil es un lujo.
*Cuando en el espejo retrovisor se ven las caras que uno quisiera tener delante, algo no funciona en sincro. Nos estamos saboteando o nos fuimos muy rápido.
*El viento aleja, sopla para que el velero se mueva. Pero también arrastra el aroma del lugar que abandonamos. Cómo irse, si aún estamos envueltos en el olor del pasado?
*Partir, pero dejando algo es perpetuar la estancia, ponerle la pausa a la imagen de un pañuelo que se agita. Mudarse al andén, para dejar pasar todos los trenes.
*Partir para viajar en círculos es inútil. Aunque el círculo se cierre en años, siempre será un círculo. El saber que se volverá a la línea de partida, es una trampa que se le hace al dolor de dejar.
*Si podemos elegir, mejor irnos por las nuestras, con el volante en la mano. No es aconsejable viajar en el camión de la mudanza de otro.
*Adonde? Los lotes en la pradera de los Ingalls se vendieron hace rato. Sospecho que el mejor lugar es donde no se perciban mas que nuevos aromas.

Excursión

04 abril 2007


Negro, cuando salimos de pesca?, me pregunta mi amigo que es afecto a las salidas de fin de semana largo, pero fundamentalmente, a las emociones de la caza y la pesca. Estuve leyendo que este finde hay pique en Entre Ríos... Pique no sé, le contesto, pero agua seguro. No es el momento.
Entonces vamos a cazar a La Pampa!, no llovió allá, no?
Lo noto levemente impaciente por rajarse, y una caña, una escopeta o un concurso de muñecas hechas en servilletas de papel le resulta lo mismo. La excusa perfecta para levantar campamento y armarlo por unos días en otra ciudad.
Machín, le digo, te ruego que pensés bien donde querés ir, no quiero tener que dar explicaciones con un guión de cine en la mano, estamos?. Fumá, papá... recién saqué el auto del taller, tengo todos los papeles, la carpa en el baúl, las cañas, el botiquín... no me falta nada, che.

Tipo previsor Machín. Tiene en la cabeza cada feriado, no deja pasar uno sin aprovechar y es un experto en enganchar en continuado feriados con fines de semana, cuando el día libre cae un molesto martes o jueves. Su memoria prodigiosa lo cubre a la hora de justificar en el laburo, de modo que enfermedades propias y ajenas, muertes, inconvenientes familiares y catástrofes varias, nunca se repiten. Mi tía Delia falleció un domingo 29 de abril del 99, recuerda. Así enganché el lunes 30 con el 1° de mayo que caía martes, qué semanita esa, eh? No contesto, porque no recuerdo, pero asiento con la cabeza. Pensar que no le falta ningún artefacto para ninguna ocasión. Hace unos años, compró un equipo de ropa para nieve, porque decía no tenía nada para una excursión de esas. Así fue acumulando artículos varios de campamento, accesorios para escalar montañas, que se juntan con cosas de rafting y no sé cuantas actividades extrañas para mí.
Bueno hermano, marchamos, me dice a punto de subir a su auto.
Cuándo volvemos?, pregunto resignado.
El lunes por la mañana, Negrito, listos para volver a laburar.
OK, y el destino? digo.
El destino... qué problema!. Te parece pesca de trucha en Neuquén?
Me parece bien, le contesto. Pensaste un lugar raro, lejos de todo?
Obviamente!, no funca ningún celular, a 30 km de la ciudad más cercana... Laguna Blanca se llama, te va?
Absolutamente, el que huye compulsivamente sos vos, le insinúo.
Bárbaro, Negro. Partimos, me deseas suerte?
No precisás, siempre te sale bien... que te diviertas, Machín.
Sube al auto, y a los metros, saca la mano para saludar. En segundos se pierde de mi vista. Corro a anotar antes de que me olvide, "Laguna Blanca, Neuquén, a 30 km del pueblo más cercano"...ah!, "pesca de trucha".
En fin. Son años de amistad. Espero que esta vez me traiga algo. De donde quiera que vaya.