Lunes

29 octubre 2006


El lunes tiene una carga negativa muy particular. Se la damos entre todos, es una convención aceptada casi universalmente, el comenzar una dieta el lunes. O dejar el cigarrillo. Nunca el primer día del mes, que puede caer jueves, y está claro, un jueves no puede comenzar nada.
Para las cuestiones laborales, el lunes suele ser un día clave. Es el día donde confluye todo lo que se pospone (pasá el lunes, el lunes te pago, el Sr. se fue y vuelve el lunes...) El lunes volvemos a la rutina, y encima le descargamos todo lo que sobró o no quisimos cargar la semana anterior, por eso, es lógico que sea un día indeseable. Mis lunes los encaro con el talonario de números pegado a la frente. Saque número y diga todo lo que tiene que decir, no se guarde nada. En cada bolsillo del pantalón llevo algo para pasar el mal trago. Un pañuelo para lágrimas (ajenas), un puñado de paciencia, un rollito de resignación de lunes (que nunca falte) y una bolsita de esperanza lejana (la ración necesaria para llegar hasta el viernes). Hay otros métodos para comenzar el calvario. Luego de un fin de semana salvaje, agotador, hay quienes el lunes se encienden en "Modo a prueba de fallos", con las funciones básicas y esenciales, y no les pidan que cabeceen... Están los que el lunes funcionan con la señal de ajuste, como los canales de tele, y recién el martes vuelven a la programación. Y, si. Hay otros. Esos que el lunes están felices, sospechosamente alegres de volver a la rutina, totalmente desafinados con la sinfonía general, cantando su melodía a contramano del mundo. Es una especie particular, que camina entre nosotros. Son los que nos hacen sentir que las obligaciones no les pesan, que las recompensas sólo llegan luego del arduo sacrificio diario, y al fin y al cabo, los que hacen de su existencia el ejemplo viviente de que "hemos venido a este mundo a sufrir, hostias!". Tal vez sea cierto, quizás hemos venido hasta aquí a sufrir todo lo que un ser humano, en cuerpo y alma, puede sufrir. Y todo eso, si sucede, se da en un sólo día. Un eterno e inagotable lunes.

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