El Reparto

08 septiembre 2006


Días extraños. Días que se van apilando, uno a uno, al fondo de un cajón. Días que piden a gritos un significado. Que serán olvidados, inexorablemente. Días que salen del mazo, como en un reparto de barajas, todas blancas, todas inservibles. Y la ronda se sucede sin fin, y el reparto persiste, tan mezquino. La mesa está llena de jugadores que apuestan nada, a la espera de un brusco giro de la suerte, y de los que apuestan todo, sólo para irse más rápido. No existen los diseñadores de días, para que los acomoden, ni los analistas, para que nos den una interpretación. Será por eso algunos pasan dejando la sensación de haberlos padecido en la sala de espera del dentista, y no haberlos vivido.
Tal vez, cuando esta sensación invade, inunda y rebalsa, sea el momento. De tirar del freno de emergencia, hacer sonar la alarma y bajarse, sin más vueltas. Aunque sospechemos que lo que nos aguarda es el vacío. No sea cuestión, que cuando apoyemos la cabeza en la almohada, nos invadan las imágenes mas vertiginosas y emocionantes que produjimos en el día, ... haber hecho una cola en el banco para pagar la luz. (Gracias, recién tiré...)

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