Mentiras

21 noviembre 2007

Me subo a la montaña de papeles y jugadas clásicas.
Como todo lo que hago me parece previsible, le ruego que la incendie.
Cómo adelantarse a quien te completa la frase o sobreponerse a la sospecha de que caminó tus pisadas?
Sabe mis cartas, pero simula no conocerlas. Me espera en cada esquina y deja que me acerque.
No hay una lágrima que no haya llorado, ni sorpresas que no devorara su asombro.
Podría lograr que cambie el curso, pero disfruta saber que hay un desastre en el camino.
En el juego de las inocencias disimuladas, ruega, pide y susurra. Será mentira, pero la más dulce saldrá de mi boca. Sé que tengo comprado mi lote en ese paraíso.

Fue verla y saber que se acercaba un problema. Mi mejor respuesta, buscar el salvavidas.

Cómo huir de las mejores caricias que pueden rogar estos oídos?

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