Propiedades

07 noviembre 2006


Estaba muy tranquilo en mi casa. Sillón del living, tele con el volumen adecuado (el volumen insoportable para los demás) y muy cómodo de ropa. Suena el timbre. Podría estar descubriendo una vacuna, desarrollando el sistema operativo que nunca dejaría colgada a la PC o diseñando la máquina del tiempo. Pero no, es sentarme en el sillón o el inodoro, para que mágicamente suene el timbre. Por qué justo ahora?, es que tengo que conseguir el estado perfecto para que alguien se arrime a mi puerta?. O ellos tienen un radar, o yo envío señales muy fuertes de bienestar, que me rastrean al toque. Comienzo el ejercicio mental. Será una adorable anciana que se preocupa en traerme la palabra del señor?. Pienso y ensayo mi mejor cara de "gracias ya tengo",y en ese momento me asalta la duda. No será un vendedor de frutas o un afilador?. Revuelvo en la sección de vendedores a domicilio de mi cabeza, y busco la reacción pertinente. Otro timbrazo. Esta vez más largo, casi de impaciencia. Otra vez la duda, abro o no abro?. Pregunto quién es sin abrir?, o digo "soy el pintor, los dueños de casa no están"?. Qué estúpido. Más vale abro y no paso por tarado. Y así, nomás, sin mediar más trámites, abrí. Apenas me asomé, como para pispear, sentí la ráfaga de viento que entró al living. No había nadie. Volví a la tele, al zapping interminable de 80 canales y nada para ver. Ahí caí. Me dí cuenta cuando ya era tarde. Le abrí la puerta a un recuerdo. Y yo que pensaba que estaba muy guardado, allá en lo profundo, y ahora lo tenía conmigo, tirado en el sillón, más que cómodo. Desde ese día, comencé a convivir con él. Me acompaña a todos lados, se me aparece en cualquier momento, y ya me hace dudar si es recuerdo u obsesión. Era silueta, era forma, ya la cara se me desdibuja y la voz se me hace inaudible, pero ese aroma fresco, inconfundible de piel aún mojada, sigue presente. Sin saber, fue la forma de quedar anclada a un presente como éste, de atravesar todos los tiempos que siguieron y trascender. El modo de quedarse aquí conmigo. Y de recordarme a quién pertenezco.

1 Vos dirás...:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho, Audiomongo. Seguiré tu blog día a día.