Fue larga la espera. Fue vasta la incertidumbre. Atravesando todo. Sin eludir, sin huir. Dientes apretados, cabeza gacha, y dejando jirones de esperanza a los perros, hilachas de sueños que no se recuerdan. La noche devoró todo y parió angustia, zozobra. Sólo plantó ansiedad para esperar el día, para rogar por el amanecer. No sé si sospecho o deseo, pero... es luz.
Es luz. Ahí viene el sol.
Ahí Viene
09 noviembre 2006
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