Fácil

07 abril 2008



Pensabas que era fácil. Que en algún momento todo termina.
Que el sabor amargo se iba a diluir, que el dolor se iba a mitigar.
Era tan fácil.
Pero el reloj se devoró todo. Volteás la mirada y ya no se distingue ese pasado.

Entonces, qué mierda es este amasijo de tripas, el frío súbito y los latidos que ahogan?
Por qué aún quiero escuchar las mismas palabras?
Qué puta idea es esa de creer que el dolor redime y eleva?
Patear mil calles o quedar suspendido en el vacío, es exactamente igual.
Matar el fantasma es matarme a mi mismo.
Porque ya está dentro. Porque vive aquí dentro.
Sin querer echarlo, lo alimento con la pasión que guarda mi quietud.
Lo cobijo con la más estúpida de las paciencias.
Parado, en pausa.
Hasta el retorno más esperado, puede ser el más temido.

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