Apenas un 30 por ciento del mundo despide el año por estas épocas. Millones de seres humanos ignoran que esta es la última semana del 2006, porque cuentan el tiempo de otra manera, y normalmente, esto se halla enlazado con la creencia religiosa predominante de su sociedad y el modo que han elegido para situarse temporariamente en este planeta. Pero más allá de esta particularidad, está por demás de claro que todos, cristianos, judíos, musulmanes, hinduístas, ateos o lo que catzo seamos, precisamos un instante donde creemos dejar atrás una etapa y comenzar otra. Algunos sienten que mágicamente el inicio de un nuevo año cambiará una racha de desdichas, otros precisan comenzar a esforzarse para dar vuelta distintas situaciones. Con voluntad o sin ella, todos concuerdan en que habrá un cambio. También es el momento donde ponemos a funcionar la balanza personal, evaluando que hicimos bien, y que cosas no nos salieron como queríamos. Por otra parte, es la época del año donde nos evalúan, en el trabajo o el estudio. En fin, podríamos decir que hay millones de neuronas pensando, escrutando, planificando, proyectando y soñando como nunca en el año. Un cúmulo de energías direccionadas hacia el futuro, que ya está aquí, palpable y visible. Hoy, por más que quiero, no puedo evadirme de la fiebre evaluadora y balancista, de este ánimo de oficial contable de mi empresa, que es este humildísimo espacio. Por eso, paso a darles mi informe de fin de año. Luego de hablar con el área de recaudación, me entero que cerramos en cero, me dijeron exactamente que logramos un heroico empate al final del partido. No está mal. Consultada el área de recursos humanos, me dicen que ampliamos de manera drástica la planta y que estamos en plena expansión. Perfecto. Pero el informe que más me desvelaba, cerró con los mejores números. Luego de un breve chequeo, caigo en la cuenta de la cantidad de gente brillante, sensible y querible que se acopló a la empresa. Así que, con los bolsillos llenos de mensajes, caras de nuevos amigos, mails, recuerdos, presentes y demás, pensamos arrancar el 2007. Con la mochila llena, y gustoso de llevarla por ustedes durante unas horas.
Fin de Año
25 diciembre 2006
Posteado por Audiomongo a las 16:01