Militante del Amor (A esparcer la palabra...)

23 mayo 2007



Me estás difamando, me dice con cara de enojado.
Para nada, niego yo.
Si, y no sólo eso, me hacés quedar como un soberano estúpido, me replica.
Todo lo contrario, te estoy tratando de humanizar, comprendeme, le digo, tratando de frenar una probable discusión. Creo que se enteró que suelo hablar de él en otros lados...

Ahora que mi amigo ejerce su nuevo estado, el de enamorado, lo noto más que sensible, diría que está sudando hormonas de manera descontrolada. Incluso, y eso me hizo sonar la alarma, está estupidamente perceptivo para cuestiones que antes deliberadamente dejaba pasar.

Qué linda mañana, Negro. Viste el sol?.
Si, bolú, está igual que todos los días a esta hora...
Ya sé, dice, es una respuesta boba la tuya. No querés entender lo que te digo...
Pará Machín, tu versión "enamorado reciente" me desconcierta. Al contrario, no te desconcierta, me da la sensación que te da envidia...me dice poniendo su mejor cara de timba. Hace una pausa, y espera mi reacción.

Si me busca, me va a encontrar. Porque que se enamore, estaba en los cálculos, poco probable pero posible. Pero que se quiera convertir en un militante, en un predicador del estado de enamoramiento, me colma. Y que encima pretenda revelarme la palabra... No es la primera vez que conozco a alguien que, al enamorarse y conocer las bondades de ese estado, se ve obligado a salir como un testigo del amor, puerta por puerta, casa por casa. Qué les pasa? Si no sacan el tema ellos, que se ven compelidos a contarnos lo bien que les va, lo relacionan con cualquier cosa que nos suceda a nosotros y les estemos confiando. Y amañan, retuercen la charla hasta terminar hablando de lo que sabemos hasta el cansancio. Lo bien que se sienten. Lo bien que les va.
Pero hay un momento peor.

Después de quedarse callado unos segundos, Machín me mira a los ojos. Y como si preguntara con un lanzallamas en la mano, me desliza...Es que no me querés entender, vos estás negado a sentir. A ver hermano... cuánto hace que no sentís el cosquilleo en la panza, las manos un poco húmedas, el corazón que se quiere escapar y pelea con las palabras por un lugar en la garganta? Eh? Cómo? (lo único que se me ocurrió decir)
Vos me entendés... Si Machín, tan bien te entendí que prefiero seguir sin escucharte. De paso te comento, si por esas cosas te llegás a desencantar, o te sentís ahogado por la relación, no vengas a golpearme la puerta para contarme las bondades de la libertad y lo maravilloso de la soledad. Te conozco, le ponés tantas ganas a las cosas, que no me extrañaría.

Creo que se enojó un poco. Tal vez se me fue la mano, pero me da la sensación que con el tiempo me va a entender. Tal vez. Ojalá que no.