Paralelo

28 febrero 2007


El viento pasa por la puerta. Sacude cortinas, silba entre las persianas. Todos los papeles vuelan. Las palabras siguen la ruta, se pierden entre golpes de ventanas desbocadas. Hurga en cajones que van a dar al suelo, abre armarios que estaban clausurados. Se levanta el polvo de años, que se esparce y lo inunda todo. Suenan mil canciones a la vez que aturden la memoria. Caen hojas que desnudan un bosque, y tapan un campo. Se desgarra un cuadro que rueda hasta el vacío, y las fotos se escurren de un viejo album. El golpeteo rítmico, lejano pero cada vez más nítido, se deja oír.

Hoy decidió volver. Y aunque sorprenda, siempre irrumpe de manera distinta. Sigilosa, disimuladamente. O pateando tableros que uno arma metódicamente a través del tiempo.
Cuando el pasado decide volver, lo hace de maneras asombrosas. A veces se mimetiza, se entrelaza de manera tal con nuestro presente, que es preciso dudar si es pasado o actualidad. En el fondo, todos lo sabemos. Quedarse nos mata?, partir nos hace agonizar?. Nada asusta más que la sensación que detiene el tiempo, y nada gratifica tanto como la que lo hace volar. Y ya no importa de donde viene ni cuando nació. Hay cosas que eternamente viven en uno, cambiando con uno, que son tan sólidas y atemporales...