Técnicamente hablando (o la ecuación perfecta)

06 febrero 2007


Teléfonos sonando en habitaciones vacías.

Hello?, is there anybody out there?


La imagen de alguien que llama, y nadie que atiende. La necesidad de oír una voz (esa voz) y la ignorancia (del otro lado) de saberse necesitado. O el desinterés por esa necesidad. Todo eso, fríamente definido, es lo que conocemos como un desencuentro. Desencuentros que, en muchos casos, abren profundas grietas. Que cambian vidas, que las marcan, y hasta tal vez, les abren puertas inesperadas.
Pero el desencuentro, se construye a través del tiempo. Y la persistencia en el rumbo, nos lleva a otros encuentros, y seguramente a más y peores o mejores desencuentros. Con más dramas o más alivio, que alguien tome un rumbo, y quien estaba ligado a uno, tome otro, es parte esencial de lo que somos y de nuestra actualidad. En algún momento, llamémoslo balance o reflexión, es necesario recordar lo que perdimos, reconocer lo que ganamos, lo que dejamos y lo que nos dejaron. Lo que nos quedó, es exactamente lo que somos. Es una ecuación perfecta.