Ese día

21 febrero 2007


Todavía estoy esperando ese día.
El día que encuentre todas las llaves que perdí. Los documentos, y los carnets de todos los lugares a los que pertenecí. Los números de teléfonos que me dieron y nunca llamé. Quisiera volver a encontrarme con los problemas que nunca resolví, porque las respuestas me llegaron tarde. Quiero leer todas las cartas que alguna vez escribí. Y volver a preguntar todos los por qué.
Ese día me callaría muchas despedidas, porque ya probé todas las ausencias. Me olvidé de muchas voces, y ya presiento el borroneo de algunas caras. Tal vez, ese día que espero, vengan todas juntas.
Es que el viento se lleva más de lo que uno quiere, pero el tiempo...
El tiempo aprieta sin temor la tecla Suprimir. Ni vos ni yo. El tiempo.
Ayer sigue siendo cercano, y está a resguardo. Pero hay territorios que pelear para que no queden en sus manos. Los campos que ardían en llamas, hoy son cenizas, mañana recuerdo, pasado olvido.
Entonces, a qué temerle más? A ser recuerdo, a ser olvido, o simplemente al tiempo?
Yo temo el ser cenizas, que vuelan adonde las lleva el viento, y desaparecen por completo.