Éxito & Mujeres

22 agosto 2007


Dalmiro Sáenz dijo una vez que las mujeres eran boludas porque no caían en la cuenta de que los hombres hacen todo para conquistarlas. Más concretamente, no se refería a la capacidad de hacer todo por una mujer en particular, sino que ese "todo" era dirigido a la totalidad de las mujeres. Mujeres sin cara, anónimas, que el protagonista aún no conoce y espera conocer. Mujeres que él conoce de todos los días y mujeres que le "pertenecen" a otros pero ese éxito lo pondrá bajo el reflector y a su consideración.
Neil Amstrong pisó la luna, Alejandro Magno forjó un imperio y San Martín cruzó la cordillera, pero además de los motivos más visibles, seguro había otro, escondido y subyacente. Era para competir con otros hombres? No. Los hombres competimos en otro plano, no directamente. Y una medida para competir es, justamente, el éxito con las mujeres...
Ahora bien, conducir un ejército victorioso, manejar un F1 o llegar a la cima del mundo empresarial suele impresionar al común del mundo femenino. Sin ir tan lejos, un auto con el mágico perfume 0 KM también surte efectos de hechizo. Pero qué hacer cuando esa mujer, y no otra, no se inmuta con logros y éxitos? Qué pasa cuando le hacen llover laureles sobre sus hombros, y la tipa se los quita con el revés de la mano, como quien se saca un cabello caído?
Qué difícil, pero que atrapante es tratar de entender el dilema.
Mi único y gran amigo Machín, una noche me decía que la fórmula que hasta el día de hoy le ha asegurado un 100 por ciento de efectividad, es la espera. Lograr algo, no importa que, y esperar a ver quien se acerca.
-No es de hombres contar y promocionar sus logros, comenta él. No tenés que hacer de héroe y de agente de prensa a la vez, se entiende? Porque desmerecés el logro si lo publicitás... -Comprendo, le digo, es como dar limosna pero no decirlo, no?
-No zapato!, me gritó Machín. El centro de la jugada es que los demás te hagan prensa y vos lo minimices, ahora la cazás?
-Perfecto. Nunca me quedó algo tan claro. Pero una vez que llegaste a donde querías, cómo lográs conservar lo que ganaste? -Eso es un misterio Negro. Nadie lo sabe, y me han contado que del otro bando, tampoco tienen mucha idea...
-Ah. eso es tranquilizador, le dije.
Después seguimos charlando de lo maravillosas que son las mujeres inteligentes, y de por qué no se puso de moda el campari con tónica.